“Asturias está afrontando una gran transformación minera, energética e industrial”

Belarmina Díaz, directora general de Energía, Minería y Reactivación del Gobierno del Principado de Asturias / Marta Martín

Asturias se está transformando y el sector energético e industrial está a la cabeza. Charlamos con Belarmina Díaz, directora general de Energía, Minería y Reactivación del Gobierno del Principado de Asturias, para conocer lo retos y oportunidades ligadas a la transición energética y la sostenibilidad industrial.

¿Cuáles son los principales desafíos que afronta Asturias en la transición energética?

Los desafíos son múltiples pues la transición energética debe atender a las singularidades del territorio. En Asturias no solo ha supuesto el cierre de minas de carbón térmico, sino que también ha afectado y afectará al cierre de las centrales térmicas y, por otro lado, está teniendo efecto en la descarbonización de un sector industrial muy intensivo en consumo energético. No podemos olvidar que el 69% del consumo energético regional pertenece a la industria. Por ello, estamos afrontando una triple transformación: minera, energética e industrial.

A todo esto se le han sumado condicionantes externos como la Guerra de Ucrania que ha tenido complejas implicaciones energéticas y una Unión Europea inmersa en su lucha frente al cambio climático. Parece una tormenta perfecta. La clave está en convertir estos desafíos en oportunidades.

¿De qué oportunidades hablamos?

Las oportunidades deben traducirse en cumplir los objetivos de las estrategias marcadas: que a 2030 se hayan invertido 6.500 M€ en el sector energético y se hayan generado 6.300 nuevos empleos vinculados a la transición.

A partir de ahí, el objetivo es lograr una industria más sostenible, digital, resiliente y respetuosa con el medio ambiente. Esto implica una firme apuesta por la descarbonización de la industria, el impulso a la economía circular, fomentar la minería sostenible, el desarrollo de nuevos modelos de negocio vinculados a productos más sostenibles como la movilidad eléctrica. También debemos potenciar la eficiencia y ahorro energético.

Las energías renovables y su cadena de valor son otra gran oportunidad. Hablamos de eólica onshore y offshore, solar, biomasa, geotermia, redes de calor, biogás, almacenamiento de energía con todas las tecnologías disponibles…Pero también baterías, equipos auxiliares, subestaciones, etc. A esto se le suma el hidrógeno verde como vector de la transición energética.

No nos podemos olvidar de otras industrias vinculadas a esta transición como el sector naval que requiere de buques más complejos y especializados. Por suerte, contamos con astilleros de referencia en la región. Es importante tener la mente muy abierta, las oportunidades son muchas, variadas y diversas. 

Belarmina Díaz, directora general de Energía, Minería y Reactivación del Gobierno del Principado de Asturias / Marta Martín

¿Cómo se están coordinando todas estas oportunidades?

Se están coordinando a todos los niveles: desde Europa, España y Asturias. Además, debemos ser capaces de trabajar en lo local. Trabajamos con diferentes estrategias y mesas de trabajo temáticas. Este diálogo exige mucho esfuerzo y tiempo pues las estrategias son documentos vivos y dinámicos. El momento es único por la gran disponibilidad de fondos. Solo el Fondo de Transición Justa supone 263 M€ de subvención en Asturias de aquí a finales de 2027, que apalancarán 650 M€ de inversión y permitirán apoyar a unas 500 empresas.

¿Qué papel juega el Observatorio de Transición Justa en este proceso?

El Observatorio de la Transición Justa de Asturias (OTJA) es una herramienta de análisis de datos, seguimiento y verificación de resultados obtenidos y de información hacia los agentes implicados y la sociedad en general, de las medidas y actuaciones incluidas en las estrategias y planes definidas en el contexto de la Transición Justa de Asturias.

El Observatorio de Transición Justa en Asturias es ambicioso, pues ha incluido en su grupo de trabajo a agentes sociales, económicos, a diferentes direcciones generales del Gobierno de Asturias, y ha nacido, en marzo de este mismo año, con la vocación de realizar un seguimiento de la implantación de medidas y del grado de ejecución de las estrategias de cara a su revisión y adaptación antes los cambios acelerados a los que estamos asistiendo.

Elaborará informes anuales sobre los resultados alcanzados con la implantación de las medidas, trabajará para evaluar el grado de desviación con respecto a los objetivos planteados, realizará informes técnicos, y analizará de un modo transversal y objetivo, miles de datos y decenas de indicadores. Además, permitirá llevar a cabo la difusión y divulgación de resultados. Será, en definitiva, un canal permanente de comunicación con los integrantes de los grupos de trabajo para acciones y actividades específicas y permitirá también abrir vías de participación para la ciudadanía.

La descarbonización lleva unido proyectos asociados a territorios con tradición minera, ¿qué nos puede contar?

Son 27 los municipios asturianos afectados por la transición ecológica. Se corresponden a aquellos con tradición minera y los que se han visto afectados por el cierre de centrales térmicas. Estos territorios necesitan un acompañamiento especial. No son solo palabras y así lo ha reconocido incluso el propio Gobierno de España. 

Para nosotros, estos municipios son el eje de muchas de nuestras líneas de actuación. Los llamados fondos mineros están permitiendo desplegar 60 proyectos municipales y del Principado, por algo más de 100 millones de euros, con el 75% de financiación del Instituto para la Transición Justa y 25% del Gobierno de Asturias.

En estos momentos, en Asturias, existen hasta 9 propuestas de proyectos que plantean instalar plantas de producción de hidrógeno renovable e instalaciones fotovoltaicas para alimentarlas, en antiguas minas de carbón, antiguas escombreras y centrales térmicas de carbón.

Además, hemos emprendido restauraciones en antiguas minas abandonadas. Tres de ellas en el suroccidente asturiano. Una cuarta en Lena y más tarde otras tres en Mieres, Llanera y Narcea. En total, más de 94 millones de euros que generarán en los próximos años unos 170-180 empleos y permitirán restaurar más de 1.220 hectáreas. 

ArcelorMittal o Windar, entre otras empresas privadas, parece que están liderando esta transición, ¿hacen falta más empresas en la región que actúen de tractoras?

En nuestro ecosistema industrial existe una amplia variedad de empresas destacadas, grandes empresas industriales, pero también otras que han crecido y se han desarrollado dando soporte y aportando soluciones al sector del carbón, la generación energética y a la industria electrointensiva de la región.

ArcelorMittal y Windar son sin duda dos buenos ejemplos de gran empresa industrial que están aportando soluciones para esta transición. La transición es una oportunidad para todas las empresas, las grandes y las pymes; pero sin duda las grandes empresas deben jugar un papel de tractoras y apalancar inversiones que luego sean permeables y lleguen también a las de menor tamaño. Hay que apoyar el talento y las capacidades de las empresas asturianas o asentadas en la región y también desarrollar un ecosistema atractivo para atraer nuevas inversiones en las energías renovables, el hidrogeno y sus cadenas de valor.

La Regasificadora de El Musel recibió ya varios buques metaneros. ¿Es un paso importante?

Una gran fortaleza de Asturias son las capacidades logísticas que presenta la región. Hay que destacar la potencialidad de ambos puertos, Avilés y Gijón. Este último, sin duda, se ha visto reforzado con la planta regasificadora ya en operación. Han sido largos años de tramitación, pero al fin está en funcionamiento. Es necesaria para el sistema gasista y la seguridad energética de España.

Regasificadora de El Musel / Cedida Gobierno de Asturias

Otra cuestión significativa es que si se tiene en cuenta la red básica de hidrogenoductos que ENAGAS está planteando a 2030 en España, Gijón aparece como el nudo de intersección de los dos grandes corredores: el eje de la plata y el eje del Cantábrico. Así, desde Gijón, se podrá exportar fácilmente mediante rutas marítimas hacia el norte y centro de Europa el hidrógeno barato que se produzca en la península ibérica a partir de fuentes renovables. La planta del Musel puede jugar un papel muy importante en el futuro en esos gases.

Otro eje importante tiene que ver con la movilidad eléctrica, ¿qué acogida han tenido las diferentes convocatorias? 

 

La movilidad eléctrica ha sido una apuesta clara de Asturias. En los últimos años se ha posicionado en los puestos más altos del ranking de regiones con más vehículos eléctricos por habitante o con mayor número de puntos de recarga públicos. Vamos por delante incluso de los objetivos de nuestras estrategias, que contemplan 500 puntos en 2023 y estamos con perspectivas reales de superar los 550.

Como ejemplo de lo que estoy diciendo, el Banco de España en su informe sobre el programa Moves II indica que los resultados no son significativos en todas las comunidades salvo en el Principado, donde elevó al menos un punto porcentual la tasa de matriculaciones nuevas de vehículos eléctricos; es el mayor impacto de este programa de incentivos, el de Asturias -por encima de los dos puntos porcentuales-, seguido de Madrid.

Las convocatorias en la región han tenido una acogida muy buena, excepcional. El plan Moves I, 1 M€ de euros y se concedió prácticamente el 100%; el Moves II tenía 2,18 M€ y se concedió íntegro. Con ambos programas concedimos 75 híbridos enchufables, 156 vehículos eléctricos y furgonetas, 30 camiones de gas natural, 19 motos, 9 préstamos de bicis y 176 puntos de recarga, 8 de ellos rápidos.

El salto con el vigente Programa Moves III es exponencial: contemplaba inicialmente 8,6 M€ para ayudas en movilidad eléctrica en la región, pero en solo unos meses se recibieron solicitudes que lo excedían ampliamente, sobre todo en puntos de recarga, por lo que solicitamos y se nos concedieron 10 M€ adicionales. Hay pues 18,6 M€ disponibles en Asturias con más de 2000 solicitudes de ayudas, lo que exige un enorme esfuerzo de gestión.