Laboral

Que te saquen de tu zona de confort

Caer está permitido, levantarse es obligatorio.

¿Qué hacer tras perder el empleo?
photo_camera ¿Qué hacer tras perder el empleo?

Y de repente un día te dicen que ya no te necesitan, que no eres tú, es la empresa, que seguro que encuentras un trabajo rápidamente porque tú eres muy bueno.

El universo no empezó a partir del Big-ban, sino de la explosión interna que se te produce cuando escuchas todo lo anterior. A partir de aquí empieza la cuenta atrás con objetivo, encontrar un nuevo puesto. Lo primero es llegar a casa, contarlo, explicarlo, pasar ese mal momento en el que no sabes porque ha sucedido.

En segundo lugar es actualizar el CV, el cual tienes desactualizado, de aquella manera que hiciste hace un año atrás y que olvidaste.  A continuación te descargas todas las redes sociales de búsqueda de empleo que encuentras en el móvil. Que si Infojobs, Randstand, Infotrabajos, y demás aplicaciones. Te inscribes en todas las ofertas que hay en tu provincia y en otras, “de perdidos al rio”, piensas. A continuación abres LinkedIn con la intención de buscar a todos los de RRHH que tienes y conoces en tu lista de amigos. Entras en un bucle en el que durante varios días repites este proceso. Por fin al cabo de una semana empiezas a recibir feedback de empresas. Empresas que no tienen nada que ver con tu idea de “trabajo ideal” pero que el primer día como te inscribiste a lo loco...

"Con el paso de las semanas cada vez va siendo más el feedback de empresas que te realizan entrevistas y llamadas"

Con el paso de las semanas cada vez va siendo más el feedback de empresas que te realizan entrevistas y llamadas. Finalmente, el sol sale y se encuentra ese puesto se trabajo que tanto has ansiado. Seguro que en algún momento del punto anterior te has sentido identificado y que a lo largo de tu vida laboral, ya sea mas larga o más corta, te ha sucedido. Lo importante es tomárselo con humor y aceptarlo, sin enfadarse con nadie y buscad nuevas alternativas, nuevos proyectos y nuevos equipos de trabajos, nuevas metodologías, nuevas formas de afrontar problemas y sobre todo nuevos ambientes. A veces es positivo que esto ocurra de forma “obligada”, ya que sino uno se acomoda y todos los días son el “día de la marmota”.

Los cambios son positivos y te hacen estar con todos los sentidos atentos. Los primeros meses, oír y escuchar, interiorizar y asimilar. Ser una mera esponja. A partir de los tres o cuatro meses empezar a aportar  a la empresa nuevas formas de abordar un problema, nuevos conocimientos que puedas aportar y tener iniciativa.

En mi opinión personal, de todas las experiencias se puede extraer algo y exprimir el máximo de conocimientos, que si se pasan por el filtro de cada uno, se obtienen unos experiencias vividas y unos resultados de cada etapa formativa que puede ser implementando en las sucesivas, creciendo no solo como profesional, sino también en lo personal abordando problemas desde otra perspectiva y enfocando el trabajo desde la parte productiva.