INDUSTRIA

Rubén Hidalgo González, director general de IMPULSA

"Europa se enfrenta al desafío de cómo va a asegurar consumo interno y desarrollo económico y  Asturias puede colocarse en la carrera, primero como banco de pruebas para Europa y segundo como industria generadora de soluciones para otros territorios´´

Edificio IMPULSA
photo_camera Edificio IMPULSA

Estamos en el Edificio Impulsa del Parque tecnológico de Gijón, un día soleado de febrero de los que no hace falta poner abrigo, con Rubén Hidalgo, Director de Impulsa Gijón.

-Rubén, ¿Qué tal?

Muy bien, los días de sol en Asturias te dan un aporte extra de energía, son siempre buenos días.

-Cuéntanos, ¿Qué nuevos proyectos se van a desarrollar en Impulsa este 2019 para ayudar a los emprendedores y micro-pymes?

Todo lo que hacemos tiene un objetivo común: conectar y gestionar conocimiento, creemos que es nuestra principal función: unir disciplinas, casar necesidades con soluciones. Convertirnos en una plataforma donde los proyectos que rueden por ella tengan lo que necesitan de la mano de nuestros propios servicios pero también de terceros. Creemos en este objetivo, porque es lo que nos acerca a crear las condiciones para que surjan proyectos de alto impacto innovador, capaces de desarrollar una nueva frontera económica para Asturias.

A estas alturas tenemos una comunidad muy grande de empresas que entran a hacer grandes cosas a nuestros espacios de trabajo compartido: oficinas, naves nido, salas de conferencias, etc. Son más de 160 empresas residentes más todos los proyectos que acceden a nuestras instalaciones de forma puntual. En el 2019 vamos a seguir aprendiendo acerca de cómo ayudar a proyectos de ámbitos más complejos, los que creemos que están dando forma a esa nueva frontera económica, que son los ámbitos del conocimiento, del creativo, de lo digital y la industria avanzada.

Los proyectos nos exigen no parar de pensar en nuevas soluciones, qué tipo de espacio nos falta, que mecanismo de financiación, riesgo, compra pública,  o como podemos ayudar a las empresas a crear modelos de negocios más sustentados en el producto en detrimento de la cartera de proyectos.

-¿Cuál es el desafío?

Ya sea en proyectos tecnológicos, industriales, creativos o digitales nuestra gran batalla es ayudar a crear proyectos empresariales basados en producto, tangible o intangible. Hoy día, gracias al gran talento que atesoran las personas en Asturias, es relativamente sencillo que en entornos como el de la Milla del Conocimiento o cada vez más otro tipo de espacios urbanos nos den proyectos con excelentes capacidades técnicas para resolver transformaciones digitales, retos tecnológicos, diseños, etc. El problema es que este tipo de negocios da para lo que dan las horas y no permite escalar y crecer con buen ritmo en mercados globales. Pasar de hacer un proyecto a hacer 10.000 productos seriados, vender una marca de moda a nivel global o pasar de hacer un proyecto de consultoría digital a licenciar software es algo que ahora estamos aprendiendo a hacer. Cómo trabajamos en la gestión del negocio, los procesos, el marketing y la comunicación, incluso cómo pensamos en la tecnología, cambia radicalmente si queremos una estructura de negocio centrada en un producto u otro.

En el momento que los proyectos dominen este tipo de estructuras de negocio, crecerán las posibilidades de emplear a más gente, aumentar la inversión en innovación y crecer en las cadenas de valor globales.

-¿Tenemos proyectos empresariales con poco tamaño?

Sin duda tenemos una estructura de empresa especialmente pequeña; añadiendo a los mencionados otros factores como: distintas regulaciones, la fiscalidad o dificultades para acceder a financiación riesgo. Algunas personas pueden pensar que Asturias necesita la llegada de multinacionales que nos solucionen el problema del tamaño empresarial, pero “creo que nuestro foco tiene que estar puesto en cómo hacer crecer estas empresas de pocos números, que pueden suponer los mejores números en el futuro”. Cuando consigues que eso ocurra, estas empresas son las mejores embajadoras del territorio, la inversión llega de su mano y las multinacionales también, en busca de su conocimiento.

-¿Qué sectores ves que supongan oportunidades?

Por resumirlo mucho, hablaría de cuatro sectores +1  con diferentes niveles de desarrollo; me explico: a estas alturas el sector energético debe suponer nuestro ascenso en las cadenas globales de forma determinante. Desde el nuevo desafío que supone la conquista del mar para todo tipo de estructuras metálicas, la máquina-herramienta para procesos productivos relacionados, hasta todo tipo de soluciones para el control y gestión de la energía, desde su generación hasta su consumo.

La industria agroalimentaria debería jugar un papel cada vez más de liderazgo, puesto que se asienta en elementos de diferenciación derivados de las particularidades de nuestro territorio. Y me refiero desde el diseño y comercialización de productos, la creación de soluciones de biotecnología, hasta llegar a las pequeñas explotaciones
agro-ganaderas. Todo debería obedecer a una gran estrategia que permita capturar todos los beneficios, los directoseconómicos y también los sociales y relacionados con la sostenibilidad.

En el sector digital, Asturias debe explorar la ventaja que supone nuestro tamaño y nuestro contexto, si tenemos a bien articular una eficiente área  metropolitana,  y generar las condiciones para articular la región del noroeste. Tenemos relativamente sencillo, desarrollar productos para el territorio inteligente:  movilidad, energía,  sostenibilidad, salud, gestión de datos, etc. Europa se enfrenta al desafío de cómo va a asegurar consumo interno y desarrollo económico, esto pasa  por el desarrollo de las  áreas metropolitanas y las supra-regiones y el desarrollo de  la economía digital. Asturias puede colocarse en la carrera, primero como  banco de pruebas para  Europa y segundo como industria generadora de soluciones para otros territorios.

Por último la economía cultural y creativa presenta oportunidades, que si bien, está en un estadio muy inicial, una buena estrategia y acciones muy concretas  pueden  generar grandes beneficios para el territorio.

Y decía más uno, porque el turismo es el petróleo particular de España y un grandísimo generador de empleo, algo a lo que no solo no podemos renunciar, sino  que  tenemos que dotarle de mejoras en creación de producto, de experiencias, de formación, de marketing, de organización, de tal manera que obtengamos una cartera muy  diversificada de alternativas de consumo para el visitante, en base al potencial del territorio y capturando todas las propuestas de valor que seamos capaces de imaginar.

-En una faceta más personal, como padre, ¿es difícil compatibilizar la vida familiar con un puesto de responsabilidad como el tuyo?

Creo que soy de los primeros Millenial en Asturias padre (risas) con lo cual, esto es terreno desconocido. Estoy profundamente enamorado de mi trabajo, es un honor  trabajar  en innovación y gestión empresarial, que son mis grandes pasiones, y para mi ciudad. Esto hace que esté constantemente pensando en ello, pero me tomo con naturalidad mezclar ambos mundos. Sí,  hay  hueco para estar con mi familia, puedo conectarme una vez se acuesten por ejemplo, al final pienso en el tiempo no como lo que hago durante el día, sino lo que hago en la semana, me permite ir compensando tiempo para todo. No  quiero decir que sea ideal, porque no lo es, es duro y exigente; y pagas la cuenta con mucha carga emocional  por lo que dejas de hacer.

Es muy problemática la conciliación para las cosas que necesariamente hay que hacer en casa y poder pasar tiempo con la familia; y el cargo exige un extra para estar  en sociedad, pero creo que si pensamos como trabajamos, de una manera flexible, podemos corregir muchas limitaciones.

-¿Cómo ves a la industria asturiana?, ¿Crees que las empresas de fabricación se están subiendo a la revolución de la digitalización?

Más bien la revolución de la digitalización, esta transición tecnológica se está subiendo a todo. Ahora bien, incorporar tecnología, no es condición suficiente para obtener eficiencias. Las bondades de lo digital son mayores en aquellas estructuras bien organizadas, procesos definidos, control sobre los datos y abiertos a favorecerse de los efectos de red, entre otras cuestiones. Sin incorporar una cultural digital, no podemos incorporar de forma eficiente las tecnologías digitales. Esto obliga a repensar incluso cómo fabricamos o qué consideramos industria.

A nivel global, los mejores sueldos y las mayores capturas de valor se producen en la fase de diseño, en los procesos de investigación e innovación, la logística de compra y venta; y en la comunicación y el marketing. Aunque estemos hablando de industria, es importante poner el foco en lo intangible, en los activos intangibles.

Es indudable que todo esto es un gran desafío para la industria asturiana, que sepamos entre todos gestionar esta enorme disrupción, dependerá de lo abiertos que estemos a encarar el desafío que supone la fabricación avanzada. Desaprender y volver a construir nuevas propuestas de valor, con un pensamiento global, haciendo innovación abierta y buscando estrategias comunes entre las industrias, las administraciones, los agentes sociales y los agentes educativos son los elementos indispensables para llegar a buen puerto. Ahora bien, la base de cálculo tiene que ser el talento, necesitamos urgentemente darle al botón del talento. Eso exige no solo una nueva política industrial, sino una reforma educativa y de la administración, reforzar el papel de la Universidad, favorecer las conexiones internacionales, una buena conectividad y otras tantas cosas en una larga lista.

-Esta edición #02 de Conecta Industria habla del reto de la gestión de personas en la Industria, ¿Cuál crees que es el principal reto para los profesionales de recursos humanos ante la revolución de la digitalización?

No se puede particularizar la estrategia en una sola área, porque nos quedaría una respuesta incompleta. Afrontar el nuevo paradigma del empleo requiere una respuesta global e integrada. Primero de cómo diseñamos la educación, la creatividad, las habilidades blandas, todas las competencias que componen una actitud emprendedora, que  tienen que ocupar un lugar central en nuestras escuelas. Necesitamos generar personas con una estructura mental capaz de incorporar las competencias tecnológicas que van a necesitar. La formación profesional, la formación para el empleo y la Universidad tienen que dotarse de itinerarios flexibles de formación, tener la capacidad propia de formarse para nuevas disciplinas o temáticas de forma ágil y poseer una relación natural con el ámbito privado para ser capaces de incorporar la mejora continua en los procesos de formación.

Por su parte, el profesional de los recursos humanos, tiene que trascender su papel más burocrático para ser un perfil mucho más dinamizador. En continuo contacto con las personas profesionales del ámbito educativo, inspeccionando las necesidades de las empresas en tiempo real y construyendo soluciones a partir de las herramientas oficiales, de manera que aprovechen las infraestructuras ya creadas y las consigan orientar de forma eficiente a sus necesidades.

A su vez tiene que ser, como digo, un constructor de una cultura especifica, la que necesite la organización, gestionar de forma eficaz el conocimiento y dejar patente cada día cuales son los volares, los objetivos y la situación de la organización. Esto es fundamental si queremos organizaciones acopladas a la cultura digital, que sepan desarrollar eficazmente su estrategia.