EDICIÓN #14 | REACTIVACIÓN

La urgente necesidad de generar confianza y consensos

Juan José del Campo Gorostidi: "Para que la transición digital y ecológica sea una oportunidad para el Fomento y Desarrollo de la Industria en España se requieren importantes reformas en el sector eléctrico"

Han transcurrido 4 años desde que Antonio Tajani, a la sazón vicepresidente primero del Parlamento Europeo, pronunciara en Oviedo la conferencia "Europa, más Industria y más Emprendimiento". Declaraciones y voluntades que no se tradujeron en iniciativas y leyes eficaces. En marzo de este año la Comisión Europea sigue hablando de una "Nueva Estrategia Industrial para Europa"; en esta ocasión digital y verde, al tiempo que focalizada en las Pymes.

La industria en España muestra un preocupante declive. El Índice de Red Eléctrica, relativo al consumo de la gran industria, desciende de forma continuada desde noviembre de 2017. La caída del consumo eléctrico en los últimos doce meses es del -7,4% en la industria.

El Gobierno, autollamado "de progreso", que se constituyó tras la moción de censura en junio de 2018, declaró la guerra al carbón y al diésel, al tiempo que generó una burbuja especulativa con las energías renovables, especialmente la fotovoltaica, de proporciones gigantescas. La industria básica, la automoción y la generación eléctrica de origen térmico se han visto gravemente afectadas por una política declarativa que en no pocas ocasiones ha despreciado a la industria de ayer y de hoy, antes de crear los fundamentos para la industria de mañana.

La pandemia Covid-19, y las nefastas consecuencias económicas de la tan efectiva como primitiva terapia de confinamiento de la población y cierre de toda actividad económica no esencial por un plazo comprendido entre 60 y 90 días, ha sido funesta para la industria. La caída del Índice de Producción Industrial en España es muy preocupante.

La iniciativa privada ha tenido que recurrir al Estado para suplir la falta súbita de ingresos con subsidios y endeudamiento. Una espiral diabólica que supone aumento del déficit presupuestario y de la deuda nacional. Se trata de recursos que no van destinados a crear nuevas oportunidades de negocio, sino a evitar una crisis social de proporciones desconocidas.

Superada la crisis sanitaria en su primera oleada, con la incertidumbre relativa acerca de cuándo y cómo será la segunda, la ciudadanía quiere encontrar razones que le permitan proyectar el futuro con mejor ánimo y perspectiva que el presente. Han sido múltiples las intervenciones de los dirigentes políticos, empresariales, sindicales y de ONG's, incluida la Iglesia Católica, aportando reflexiones, ideas y sugerencias para reconstruir la economía. Me quedo con una: la urgente necesidad de generar confianza y consensos.

En los últimos días de junio, tal parece que el timón del Gobierno ha virado hacia posiciones más próximas a la social democracia que al neo-comunismo y el frentismo destructor. Con toda probabilidad -además de por intereses electorales- porque la gravedad de la situación requiere con urgencia de una ingente cantidad de dinero que sólo puede llegar desde las Instituciones Europeas. Recursos que han de aplicarse en el desarrollo de planes rigurosos de recuperación económica, sometidos al necesario control y asentados en el consenso edificado por fuerzas políticas con demostrada capacidad de gobierno y alcance nacional; lo que no hemos tenido en España en los dos últimos años.

Para que la transición digital y ecológica sea una oportunidad para el Fomento y Desarrollo de la Industria en España se requieren importantes reformas en el sector eléctrico. Entre ellas, enumero:

  • Cumplir el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2020-2030. El RD recién aprobado ha de ser útil para acabar con la burbuja financiera generada en torno al desarrollo de nuevas instalaciones de EERR que multiplicaban por 7,1 las previsiones de potencia a instalar contempladas en el PNIEC.
  • Considerar a las industrias básicas asentadas en España que hacen un uso intensivo de la energía eléctrica como una oportunidad para el aumento de la demanda eléctrica nacional. No es suficiente con establecer garantías para que se puedan cerrar contratos de suministro bilaterales, deben implantarse acuerdos CfD Contract for Difference basados en la fijación de niveles de precio de disparo Strike Price que satisfagan a los desarrolladores de los proyectos y a los grandes consumidores, con la intermediación y garantía del regulador, en base a una Política Nacional de Fomento de la Industria y Desarrollo de las Energías Renovables.
  • Evitar, o cuando menos atemperar, el efecto de canibalización del precio spot que producen las energías renovables y que afecta a todo el sistema de generación debido a la no consideración de los costes de las renovables en el sistema marginal de formación del precio en el mercado mayorista.
  • Desarrollar la economía del hidrógeno en todas sus dimensiones, especialmente en lo referido a proyectos Power to Gas, poniendo en valor la excepcional red gasista existente en España y su potencial de almacenamiento de energía.
  • Abstenerse de estresar la industria española con declaraciones vacías de contenido práctico que dañan la confianza del consumidor y afectan a la industria de hoy.
  • Estimular la transición digital y energética con rigor y pragmatismo, facilitando la construcción del necesario consenso político para que la colaboración público-privada sea un instrumento eficaz para el Fomento de la Industria.

Autor: Juan José del Campo Gorostidi | CORDES

Juan José del Campo Gorostidi
Corporative Development Services, S.L.

 

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