Nos desplazamos hasta las instalaciones de GAM Soluciones, una multinacional que ofrece servicios vinculados a la maquinaria a otras empresas. Allí nos espera Pedro Fernández, su presidente y consejero delegado, quien nos habla de la evolución de esta entidad, la importancia del papel de la innovación en la misma, los nuevos desafíos que enfrenta y las oportunidades que vislumbra de cara al futuro.
¿Cómo fueron los comienzos de GAM? ¿Qué objetivo se perseguía entonces?
Cuando fundamos GAM entre todos los operadores eran regionales, no había ninguno nacional y consideramos que esta industria estaba muy atomizada, por lo que crear un líder nacional, darle tamaño, volumen y unidad de marca tenía sentido. Quisimos desarrollar un modelo que pudiera generar valor para la propia compañía y también para los clientes.
Venimos dando servicio en territorio nacional desde el 2003, y nuestro objetivo siempre ha sido unificar precios y tener garantía de servicios, lo cual era y es difícil porque España sigue siendo ese país atomizado de aquel entonces.
¿Cuál ha sido la evolución de la empresa en los últimos años? ¿Cómo os habéis adaptado a las nuevas exigencias de la industria?
Digamos que vivimos una primera etapa de nacimiento con un modelo eficiente que se vio afectada por la crisis del 2008/09. Así que entramos en un periodo de reconversión con un modelo más orientado a la industria, más digital, más basado en el dato.
GAM da muchos servicios vinculados a la maquinaria, pero junto a eso también trabajamos con once verticales de servicio para adaptarnos a lo que nuestros clientes necesitan. Es decir, máquinas, sí, pero también saber usarlas, mantenerlas, conocer las piezas… Servicios que al principio no dábamos y que poco a poco fuimos integrando por la demanda de los clientes.
Esto es, formación: creemos que es mucho mejor cambiar a las personas que cambiar de personas. Que nos vayamos adaptando y no cambiemos el equipo. Hemos invertido mucho dinero en la formación de equipos, tanto que incluso del aprendizaje de ello ha surgido Kirleo, una escuela de oficios que tenemos internamente. De todo el aprendizaje de determinadas habilidades blandas que vivimos dentro de la empresa, vimos que muchos clientes tenían esas mismas dificultades, así que esa formación la exportamos a clientes. Hoy en día Kirleo es una unidad de negocio que el año pasado facturó ocho millones de euros.
¿Qué papel juega la innovación en la compañía? ¿Y las personas que forman parte de GAM?
Son dos aspectos clave. Si algo ha pasado en la última década es que el mercado ha cambiado muy rápido. Hiperinformación, hiperconexión, nuestros clientes tienen una capacidad de conocer muy amplia… Por lo que, si no innovamos continuamente, el mercado te deja fuera. La innovación es sencillamente algo para sobrevivir. No conozco ninguna empresa que sin innovar pueda resistir en el mercado; es algo que va ligado a las personas.
Y precisamente ese mercado en otro aspecto: antes dar trabajo era un atributo; ahora tienes que ser lo suficientemente atractivo para que el talento venga a trabajar a tu casa. Hasta hace diez años esto no lo habíamos visto. Podía haber alguna habilidad o conocimiento para el que se necesitase una persona con un perfil más concreto, pero normalmente generabas empleo y ya, y eso era una cosa maravillosa. Hoy es más importante que tu gente sea la mejor y que la empresa sea atractiva para los más jóvenes.
El año 2023 fue muy productivo para vosotros; habéis crecido en ventas y EBITDA. ¿Qué suponen esos resultados de cara a este ejercicio? ¿Qué previsiones tenéis para este 2024?
El año pasado fue muy bueno, tanto en crecimiento en ventas como en rentabilidad, y eso que era difícil porque hubo mucha inflación. Somos una compañía que tiene que comprar mucho activo y para ello no nos queda otra que endeudarnos. Así que, sí, lo hemos conseguido.
Siempre que tienes un año muy bueno es un reto para el siguiente, porque debes mantener esa línea en un entorno en el que los tipos se van a mantener altos. La inflación se va a mantener y somos conscientes de que será un año complicado por eso. Es verdad que nosotros hemos transformado mucho la compañía, digitalizado muchos procesos, y hemos añadido mucho esfuerzo innovador, por eso creemos que vamos a recoger frutos. Vamos a tener menos exigencia en transformar, por lo que podremos mantener tasas de rentabilidad y seguir creciendo, no a una tasa tan alta como el año pasado de 25%, pero sí esperamos a doble dígito.
En cuanto a novedades, algo que va a vertebrar nuestro crecimiento y va a cambiar la fisionomía de GAM es Reviver, un proyecto de economía circular que transforma el círculo de vida de nuestras máquinas, nuestra estructura de costes, de inversión… Gestionamos 35.000 máquinas: pasamos de extraigo, fabrico, uso y tiro, a extraigo, fabrico, uso, refabrico y vuelvo a usar. Desde una óptica medioambiental, el mercado nos lo exige, pero también desde la óptica financiera. Creo que vamos a tener impacto, estamos produciendo y esta es la gran novedad de este año. Las novedades de los próximos años girarán alrededor de este proyecto.
Parte de la culpa de estas cifras está relacionada con la internacionalización con presencia en nueve países, ¿Os planteáis ampliar esa cifra este año? ¿Cuáles son las claves para diferenciarse en mercados internacionales?
El año pasado nos ocurrió algo que en 20 años no había sucedido: todos los mercados se han comportado favorablemente y han dado beneficio. Antes nunca iban todos bien pero tampoco todos mal. No vamos a abrir nuevos mercados pero sí que hay tres donde tenemos tasas de crecimiento superiores al resto y queremos que tomen más peso en la compañía: México, Marruecos y Portugal.
En estos países todavía podemos crecer en cuanto a posicionamiento, donde podemos generar mucho valor para el cliente puesto que el mercado lo demanda y el cliente no lo tiene y lo necesita. Aquí vamos a asumir menos riesgos que en otros mercados.
Nuestro valor diferencial es que tenemos mucha experiencia. Por supuesto que el tamaño ayuda mucho y también el hecho de habernos homogeneizado en todos los países. Todo lo tienes que adaptar a las circunstancias locales: legislación, idioma, moneda… Pero las cosas que tienen sentido y funcionan lo hacen en todas partes con su previa adaptación. Estamos en un mercado más maduro que es España, Europa, por tanto se puede aprovechar esa madurez en otros países, como por ejemplo Marruecos.
¿Qué significa la sostenibilidad para GAM? ¿Cómo se refleja en vuestra labor?
Por su actividad, GAM está muy impactada por las normativas, el entorno o influencias sociales de sostenibilidad. Gestionamos muchas máquinas y personas por lo que va a tener repercusión en el medio ambiente, así que tenemos que tener un compromiso total.
Hemos puesto a producir energía verde en nuestros techos con placas solares, pero eso tampoco impacta mucho; empezamos a tener vehículos eléctricos, hemos ido moviéndonos y todo eso está bien pero es más un aspecto aparente. Podemos tener placas solares y luego tener 35 mil máquinas diésel, aunque el 81% de las máquinas que alquilamos ya son cero emisiones.
Nuestro objetivo ha sido alejarnos del greenwashing, de la apariencia y para eso hemos invertido 20 millones de euros en León, para hacer algo mucho más profundo y no con una mano parecer que no contaminamos o lavarnos la cara y con la otra sí. Queremos ser redondos y tener un compromiso por convencimiento, porque creo que el mercado nos echaría fuera si no lo fuésemos.
🔎 En profundidad | Reviver, la nueva planta de GAM que da una segunda vida a las máquinas
Imagina vivir en un pequeño pueblo de León donde se percibe cómo su gente, poco a poco, se va en busca de un lugar donde poder desarrollar su labor profesional. El municipio termina, por tanto, sufriendo la tan temida despoblación. Pero imagina también que, de repente, una empresa multinacional llega no solo para dar vida al pueblo, sino también a las máquinas que ya parecían no servir.
Eso es lo que ha hecho GAM Soluciones en la localidad de Villacé. Hace mucho tiempo que la compañía venía analizando de qué forma pueden hacer cambios que tengan impacto en la sociedad y en el planeta. Después de tanto estudiar las opciones, el año pasado surgió Reviver, un proyecto disruptivo que transformará cómo se entiende la compra y el consumo de maquinaria y ayudará a clientes y proveedores a cumplir con sus compromisos de sostenibilidad.
El objetivo es revivir la maquinaria; alargar el ciclo de vida útil de las máquinas dándoles una segunda vida con su fabricación y generación de repuestos. Esto reducirá la producción de otra nueva y supondrá cambiar el sistema tradicional lineal hacia un modelo de negocio consciente y responsable, cuyos resultados son la sostenibilidad y la eficiencia.
Actualmente, la fabricación y la vida de la maquinaria industrial llevan un ritmo basado en esa economía lineal. El proyecto de GAM propone introducir la circularidad en el sector de la maquinaria logística e industrial, abandonando el otro modelo. Busca, por tanto, dar cobertura a nuevas políticas europeas sobre reducción de tasas de eliminación a vertedero.
¿Cómo lo hacen? Reacondicionando los repuestos que presenten algún desgaste corregible y reaprovechando los que estén en buenas condiciones; refabricando aquellas máquinas que presenten un potencial de mercado adecuado; actualizándolas con la tecnología más puntera (seguridad activa); dotando de garantía a las máquinas refabricadas incluyendo su certificado de circularidad; y dando un fin de vida sostenible a aquellos repuestos no aprovechables fomentando el uso de estos subproductos como fuente de materia.
Datos a lo grande
Las instalaciones están situadas en una superficie de 200.000 metros cuadrados, y la proyección que valoran es poner en el mercado unas 3.000 máquinas al año tanto a nivel nacional como europeo. El ahorro que prevén es de alrededor de 9.000 toneladas de CO2 que supone un equivalente a la producción de 7.500 automóviles.
La puesta en marcha de este proyecto permitirá la generación de empleo en una zona muy afectada por la despoblación. Se estima una plantilla de más de 150 empleados cuando esté en plena capacidad de funcionamiento. Tendrá un impacto social traducido en una creación de empleo de tres veces la población activa de la localidad; un 40% de empleo femenino; y un compromiso con Soltra para emplear el 20% de personas con capacidades especiales.
Por otro lado, también tendrá un impacto medioambiental: la energía consumida será 100% verde, el reacondicionamiento de la antigua explotación minero-industrial, la creación de un lago de 13.500 metros cuadrados, la reducción de CO2 antes mencionada, la plantación de 40.000 metros cuadrados de árboles y la disminución del consumo de materia prima.
En resumen, GAM ha llegado con Reviver para reducir productos, costes de fabricación y la contaminación con el propósito de aprovechar al máximo los recursos reciclables.
Para terminar, ¿qué retos y oportunidades se plantean en GAM en el corto-medio plazo?
Nuestro mayor reto a considerar es que cada día necesitamos a más personas y a las mejores. Cada día el capital humano es lo que te diferencia y cada vez cuesta más. Cuando operas en 100 localizaciones diferentes cuesta en todas y cada una tiene sus matices: no es lo mismo buscar talento en Madrid que en Chile, ambas tienen dificultades. Y eso es algo que vino para quedarse. Un reto común para todas las compañías.
Pero todo reto tiene su oportunidad, y nosotros vemos que está en ser atractivo para los mejores y crear un modelo de empresa. Las compañías, en los años 80 y 90 tenían trabajadores que agradecían tener trabajo. ¿Por qué me tienen que agradecer el trabajo? Se levantan, madrugan, dejan sus casas, se esfuerzan, igual es más normal que seamos nosotros quienes valoremos el talento y les proporcionemos buenas condiciones para que se queden.
Otra gran oportunidad reside en llegar a consolidar bien esa homogeneidad de nuestros servicios en todo el mundo y que salga bien nuestra fábrica de Reviver.
