Bosquia, la empresa que busca sanar el planeta con la compensación de huella de carbono

Esta entidad trabaja para ofrecer servicios con los que estar a la altura en sostenibilidad a nivel de mercado, de la competencia y de la normativa global.
El equipo de Bosquia / Foto cedida.
photo_camera El equipo de Bosquia / Foto cedida.

En un cruce de caminos, ante la duda de qué dirección tomar, las empresas ya lo tienen claro: el de la descarbonización. Pero, una vez que comienzan a caminar por esa senda surgen un sinfín de dudas: ¿Cómo hacerlo correctamente? De hecho, hay entidades que llegarán a un punto en el que no puedan reducir más la huella de carbono, así que, ¿qué hacer en ese caso? La empresa Bosquia es una candidata perfecta a la que acudir cuando estas y otras preguntas relacionadas con la sostenibilidad, aparezcan.

A lo largo de sus cinco años de vida, ha florecido con la fuerza de la sostenibilidad. Con un certificado BCorp y dos ISO (la 14001 en gestión ambiental y la 9001 en gestión de calidad) que avalan su compromiso, no solo compensa la huella de carbono, sino que siembra un futuro donde las buenas intenciones se transforman en verdaderos bosques.

Lo que comenzaron siendo actividades teambuilding y proyectos de protección forestal son, hoy en día, ayudas a las organizaciones para que estas consigan neutralizar su huella de carbono de manera concreta y medible. ¿Y por qué este empeño? Uno de sus fundadores y CEO de la entidad, Rafael Permuy, lo explica: “El objetivo es que las empresas y eventos mitiguen su impacto en el medioambiente”. Además, añade, “compensar huella les aporta un valor tangible, especialmente en licitaciones y proyectos que premian a aquellas que demuestran un compromiso con la absorción y el gran objetivo de neutralización de CO2; o en las condiciones de financiación que pueden verse condicionadas por los aspectos no estrictamente contables, los conocidos como indicadores ESG”.

Rafael Permuy, CEO de Bosquia / Foto cedida.
Rafael Permuy, CEO de Bosquia / Foto cedida.

La normativa y los estándares se muestran cada vez más estrictos con las empresas con respecto al nivel de sostenibles que son. Decidir comprometerse con la compensación de carbono es, dice Permuy, “una decisión estratégica que tiene que ver con la competitividad actual y futura de la organización”. 

En Bosquia entienden que la sostenibilidad “no solo es una tendencia, sino una exigencia que cada día cobra más peso en el ámbito legal y regulatorio”. A corto, medio y largo plazo, las empresas que se alineen con estas normativas “estarán mejor posicionadas en el mercado, tanto en términos de cumplimiento como en su capacidad para captar nuevos clientes e inversores”. 

Y es que la presión va en aumento: “Tanto a nivel nacional como internacional se están estableciendo estándares y certificaciones específicas que valoran y confirman los esfuerzos de compensación y sostenibilidad”. Estos estándares reconocen proyectos de absorción de carbono, y contar con ellos, asegura, “ayuda a cumplir con los requisitos legales".

Además de la mencionada regulación que "obliga a seguir esa senda", también es importante, apuntó Permuy, "que los clientes se convenzan de que merece la pena porque sus consumidores lo van a demandar; o, por ejemplo, las licitaciones que ya empiezan a pedir cómo tengo mi huella de carbono y si no cumplo es posible que me quede fuera". Otra figura que influye es la de los empleados: "el 71% de los trabajadores prefieren a las empresas sostenibles". A estos tres factores añadió un cuarto que para él tiene mucha importancia, que son los financiadores, "porque ya se está decidiendo qué interés se aplica a la deuda en función de cómo tengas tus cuestiones ambientales".

La labor de Bosquia se centra en facilitar que las empresas puedan cumplir con todas estas normativas mediante programas de compensación de carbono certificados y reconocidos. “Ofrecemos una garantía adicional a nuestros clientes de que su inversión en sostenibilidad es tangible y conforme a los requisitos actuales y futuros”. En este sentido, trabajar con esta empresa significa no solo cumplir con las normativas vigentes, sino también anticiparse a futuras exigencias regulatorias, posicionándose como un referente en sostenibilidad.

En Bosquia creen en un futuro sostenible, por ello su cometido es liderar iniciativas de este tipo con un enfoque concreto en la reforestación / Foto cedida.
En Bosquia creen en un futuro sostenible, por ello su cometido es liderar iniciativas de este tipo con un enfoque concreto en la reforestación / Foto cedida.

En lo que respecta a la compensación de la huella de carbono lo que hacen es ayudar a las empresas y organizaciones para que lo consigan una vez que consideran que no la pueden reducir más. Facilitan el registro de proyectos de reforestación para la compensación de carbono con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), así como estándares internacionales como VERRA o Gold Standar. Esto asegura que sus esfuerzos colectivos en la plantación de árboles sean reconocidos oficialmente como una contribución significativa hacia el logro de los objetivos globales de sostenibilidad.

A medida que las normativas se vuelven más estrictas, las empresas que participan en estos proyectos certificados consiguen ganar puntos adicionales en licitaciones y concursos, y refuerzan su perfil ante bancos e inversores comprometidos con la sostenibilidad. En el mercado actual, cumplir con ello se traduce en “un respaldo importante que posiciona a las empresas frente a sus competidores, y en Bosquia nos encargamos de que cada cliente tenga acceso a soluciones de compensación con los que no solo cumplan, sino que superen los requisitos de todos estos estándares y normativas”.

Cinco años y nueva oficina

El pasado mes de abril Bosquia cumplió cinco años que comenzaron siendo buenas intenciones y a día de hoy se han convertido en grandes resultados. Cinco años de superficie reforestada y de trabajo no para ser la mejor empresa del mundo, sino “para el mundo”, como describe la entidad.

Después de este tiempo, explica su fundador, Fran del Cid, “es muy gratificante ver que la cantidad de árboles que hemos plantado ya tienen un porte considerable; se les ve asentados en el lugar, favoreciendo la biodiversidad, aportando un valor al sitio". Y ese es su verdadero “core”, hacer bosques.

Fran del Cid, fundador de Bosquia / Foto cedida.
Fran del Cid, fundador de Bosquia / Foto cedida.

Pero lo cortés no quita lo valiente. Bosquia hace el bien al planeta y a las personas que lo componen, no solo porque busca el bienestar de la gente en materia de sostenibilidad, sino también porque su crecimiento incide en la creación de puestos de trabajo. De hecho, con la celebración de su quinto aniversario también se inauguró una nueva oficina en Gijón, situada en el número 15 de la calle Periodista Paco Ignacio Taibo.

La apertura de la misma, aseguró Fran, les va a permitir seguir creciendo. "Simboliza la expansión, el salir de los centros empresariales, porque nacimos con el prototipo clásico de empresa que surge con el emprendedor en un coworking y que luego se traslada a una pequeña oficina, después a una mediana, luego a una grande, dos grandes... Y ahora nos vinimos para aquí". Esta oficina que estrenaron ya se les queda pequeña, así que del Cid augura “abrir otra en Gijón” pronto.

¿Qué retos afrontará Bosquia de ahora en adelante? Por supuesto, apuntó Fran, "seguir creciendo para poder hacer frente a cada vez más nóminas y más gastos fijos", pero sobre todo, lo que más desea el fundador de esta empresa es "seguir haciendo lo que hemos venido a hacer para que, ojalá, algún día Bosquia no sea necesaria porque la salud de nuestros bosques sea la óptima y una empresa como la nuestra deje de tener sentido".

“Es el momento de repensar nuestro impacto y de tomar medidas concretas para lograr un mundo más sostenible y justo. En este contexto, el compromiso empresarial se traduce en una poderosa declaración de intenciones: un reconocimiento de que la prosperidad, tanto para las empresas como para la sociedad, depende intrínsecamente de nuestra capacidad colectiva de actuar”.