La Curtidora de Avilés cumple 30 años como la gran incubadora de empresas en Asturias

Desde sus inicios, este centro empresarial ha sido clave en el nacimiento de empresas como Alusín Solar, TAM, Barna Guitars o Elinor, apoyándolas en sus primeros pasos y ayudándolas a crecer.

La Curtidora de Avilés cumple 30 años como la gran incubadora de empresas en Asturias
photo_camera La Curtidora de Avilés cumple 30 años como la gran incubadora de empresas en Asturias

De una fábrica de curtidos al mayor centro de empresas de Asturias: así es cómo La Curtidora de Avilés se ha ido transformando a lo largo de los años. Y hablando de años, este 2025 cumple su 30 aniversario desde que se inauguró el nuevo espacio donde alojar a cientos de empresas de la región. Más allá de ser un mero lugar de trabajo, funciona como apoyo fundamental para el emprendimiento, agilizando procesos, simplificando trámites burocráticos y ofreciendo beneficios que impulsan el crecimiento de las entidades que alberga. 

La Curtidora ha sido clave para que muchas empresas den el salto hacia su propia sede, conectando talento, recursos y oportunidades para negocios con ambición local e internacional. Un ejemplo de ello son Alusín Solar, TAM, Barna Guitars o Elinor.

Edificio del Centro de Empresas de la Curtidora
Edificio del Centro de Empresas de la Curtidora

Alusín Solar frente a los retos del mercado fotovoltaico

Javier Fernández-Font, director general de Alusín Solar, empresa dedicada a la fabricación de estructuras para paneles solares, describe a La Curtidora como un hada madrina al inicio de su camino como emprendedor: “La creación de Alusín llegó a trompicones. Yo jamás quise emprender, pero de repente me vi en el paro. La empresa familiar en la que trabajaba atravesaba situaciones muy complicadas y fui despedido. A partir de ahí, como lo que venía haciendo, era diseñar las estructuras para paneles, pues seguí y todo llegó solo”.

Para esta empresa, La Curtidora fue esencial, especialmente en sus comienzos en 2014, ya que permitió un rápido inicio de actividad al proveer internet, teléfono y tener todos los papeles en regla casi de inmediato. Fernández-Font destaca la agilidad que el centro ofrece para sortear la lentitud de la administración pública, lo cual “es un lujo cuando se está empezando y no se es experto en burocracia”.

Una anécdota que marcó el punto de inflexión para Alusín Solar fue cuando, al descargar material de un tráiler en mitad de la carretera, la Policía Local tuvo que intervenir, evidenciando que la empresa ya necesitaba un espacio propio por su crecimiento. Javier subraya que, aunque salir de La Curtidora supone enfrentarse de nuevo a la burocracia y los retos administrativos, el paso por el centro fue esencial para su desarrollo y consolidación.

A pesar de los desafíos de empezar de cero y lidiar con nuevas administraciones y trámites, Alusín Solar ha logrado apostar por la I+D, trabajando con recubrimientos como Magnelis para ArcelorMittal. En general, señala, “llegamos a garantías muy altas en los proyectos de nuestros clientes”.

Su principal reto es mantener la rentabilidad en un mercado fotovoltaico en caída, lo que les ha impulsado a diversificar su negocio y fortalecer su presencia comercial.

Javier Fernández-Font, director general de Alusín Solar
Javier Fernández-Font, director general de Alusín Solar

TAM: único laboratorio privado de análisis de materiales en Asturias

TAM (Tecnología y Análisis de los Materiales) es una empresa pionera en análisis de materiales que inició su actividad en La Curtidora en 2006. José Antonio Martínez, su director general, explica que la idea surgió de una necesidad del mercado: crear un laboratorio privado con orientación al servicio al cliente y alta competencia técnica apoyada en acreditaciones y certificaciones internacionales. “Somos el único laboratorio de naturaleza privada que ofrece este tipo de servicios tecnológicos en Asturias”, asegura su director general. 

Los inicios de TAM, como los de cualquier emprendimiento, estuvieron cargados de ilusión y miedo, y La Curtidora jugó un papel fundamental al ofrecer facilidades operativas y administrativas, generando un ambiente de emprendimiento que es difícil de percibir en un polígono industrial.

La decisión de TAM de mudarse al Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA) se debió a la falta de espacio y medios, ya que el tipo de fabricaciones y ensayos requeridos, como la cualificación de procedimientos de soldeo para estructuras offshore y Oil&Gas, demandaba muestras grandes y pesadas, y maquinaria de mayor tamaño que La Curtidora ya no podía albergar. Martínez recomienda encarecidamente la experiencia en este centro de empresas “por la rapidez para iniciar la actividad, el ambiente de contacto, el aprovechamiento de sinergias y la generación de cultura emprendedora”.

TAM ha expandido su grupo empresarial con dos firmas adicionales “que surgieron de manera natural, fruto de las circunstancias a medida que el laboratorio iba creciendo”: ITS, que surgió de la demanda de servicios de Ensayos No Destructivos por parte de sus clientes, y EO, creada para cerrar el círculo con servicios de ingeniería e inspección de tercera parte, comenzando directamente a nivel internacional con un contrato en Alemania. 

A pesar de los desafíos como la crisis financiera de 2008, la pandemia de COVID-19 y la invasión rusa de Ucrania en 2022, que les obligó a variar su modelo de negocio, TAM ha sido reconocida con varios premios y busca consolidar su crecimiento internacional.

José Antonio Martínez, director general de TAM
José Antonio Martínez, director general de TAM

Barna Guitars, luthería tradicional e innovadora

Barna Guitars, fundada por Alejandro Barna, representa el espíritu de innovación y tradición que caracteriza a las empresas surgidas en La Curtidora. Dedicada a la fabricación y restauración de guitarras y bajos eléctricos, la empresa encontró en el centro empresarial el apoyo necesario para profesionalizar su actividad y superar las barreras iniciales.

Barna recuerda el ambiente creativo que se vivía en La Curtidora, donde los acordes de sus instrumentos resonaban en los despachos vecinos. Este contexto no solo facilitó la concentración y el perfeccionamiento de sus productos, sino que también propició el establecimiento de vínculos con otros emprendedores, enriqueciendo su experiencia empresarial: “Quienes trabajaban en el departamento de ‘Avilés Empresas’ se convirtieron en mis vecinos de puerta una vez me instalé; fueron quienes me ayudaron a terminar de desarrollar mi plan de empresa y me orientaron para poder iniciar mi actividad”.

La salida de Barna Guitars del centro supuso nuevos retos, como la búsqueda de un local adecuado que cumpliera con las condiciones técnicas necesarias para la fabricación y restauración de instrumentos, así como la gestión de permisos y licencias que en La Curtidora estaban resueltos de manera eficiente. Sin embargo, la experiencia acumulada durante su estancia en el centro permitió a la empresa afrontar estos desafíos con mayor solvencia. “Además, estamos trabajando en la implantación de nuevos procesos de producción apoyados en herramientas tecnológicas para conseguir una mayor precisión y calidad en nuestros productos” contó Barna.

Desde entonces, Barna Guitars ha continuado su evolución, mejorando procesos productivos, ampliando su cartera de clientes y consolidando su reputación en el sector de la luthería. La empresa ha sabido combinar la tradición artesanal con la innovación tecnológica, manteniendo un compromiso firme con la calidad y la personalización, aspectos que le han permitido diferenciarse en un mercado competitivo.

Alejandro Barna, fundador de Barna Guitars
Alejandro Barna, fundador de Barna Guitars

Elinor: seguridad y salud laboral desde Avilés para el mundo

Elinor, especializada en seguridad y salud laboral, es otro ejemplo de entidad que ha dado el salto al mercado global desde Avilés, con La Curtidora como su punto de partida. Arsenio Valbuena, CEO de esta empresa, subraya la importancia de su sector para una gestión integral de riesgos económicos, legales y sociales. Ante una tendencia hacia un mero cumplimiento normativo, Elinor está desarrollando algunos proyectos, entre ellos la incorporación a su catálogo de cursos acreditados en España de una nueva gama de Certificaciones Nebosh y IOSH de origen británico con gran aceptación a nivel mundial; estos, explica, “exportan seguridad y salud a 22 países del mundo” y han disparado la empresa “no solo en un aspecto territorial, sino también su digitalización y la visión de futuro”.

Valbuena tenía clara la ubicación en La Curtidora desde el principio por su referencia en el mercado, su carácter simbólico como edificio singular y los servicios que ofrece, como recepción, parking, acceso a vías de comunicación y la posibilidad de alquilar oficinas y talleres según la evolución de la empresa. Destaca el ahorro de costes, la posibilidad de empezar con muy poco al ser un semillero, los servicios de asesoría y los eventos de emprendimiento, así como el personal de gerencia y recepción, a quienes considera parte de su equipo.

En su proceso de internacionalización, iniciado hace diez años, Valbuena afirma que han quedado encantados con La Curtidora: “Creo que nos ha dado más prestigio internacional esta ubicación y eso conviene que se sepa en Avilés y en toda Asturias”.

El gran reto para esta empresa es consolidarse como una empresa puntera en seguridad, salud laboral y afianzarse en los mercados internacionales en los que operan “llevando certificaciones de clase mundial solicitadas por empleadores de los cinco continentes”, apunta su CEO.

Arsenio Valbuena, CEO de Elinor
Arsenio Valbuena, CEO de Elinor

A lo largo de las historias de estas empresas, se observa un hilo conductor: La Curtidora, que ha actuado como un trampolín para el emprendimiento. Los puntos en común entre Alusín Solar, TAM, Barna Guitars y Elinor son la gran ayuda que el centro les brindó en sus iniciossimplificando trámites burocráticos y proporcionando una infraestructura y servicios esenciales para el arranque de sus actividades.

Además, todos destacan el ambiente de emprendimiento y la oportunidad de rodearse de personas con problemas similares, lo que genera empatía y una sensación de no estar solo.

Aunque el objetivo de La Curtidora es fomentar la creación y establecimiento de nuevas empresas, lo que lleva a que haya un período máximo de estancia en sus oficinas, el proceso de irse de allí es percibido como un paso natural en el crecimiento.

En definitiva, La Curtidora se ha consolidado como un pilar del desarrollo económico local, un espacio que impulsa, conecta y transforma, permitiendo a las empresas crecer y alcanzar nuevos horizontes, tanto a nivel local como internacional.