“El gran reto global de EDP es alcanzar un escenario NetZero en 2040”

  • EDP colabora con todos los agentes tecnológicos, universidades, centros de investigación y ‘startups’.
  • Hoy en día, el 25% de las emisiones se pueden evitar con tecnologías maduras y un 40% con tecnologías que están aún en proceso de adopción temprana y deben demostrar su viabilidad.
Luis Manuel Santos Moro, director de Innovación de EDP España / Cedida EDP España
photo_camera Luis Manuel Santos Moro, director de Innovación de EDP España / Cedida EDP España

Luis Manuel Santos Moro, director de Innovación de EDP España, analiza el papel de la compañía en materia de sostenibilidad e innovación.

La transición energética se plantea como un gran reto pero también como una gran oportunidad, ¿cuál es esta gran oportunidad para Asturias?

Asturias ha tenido un papel histórico muy relevante en el desarrollo industrial y energético nacional, enfrentándose ahora a una necesaria y urgente transformación si quiere seguir manteniendo ese papel.

El carbón está dejando paso a nuevos proyectos que pueden hacer de Asturias una nueva referencia, no solo nacional sino europea. Transformar los emplazamientos en los que se encuentran las centrales de carbón en nuevos hubs energéticos, explorar nuevos proyectos renovables y de almacenamiento de energía, y transformar la gran industria asturiana en una industria verde, descarbonizada, están marcando ya ese camino. 

Todo ello, además, en una región que cuenta con actores relevantes en toda la cadena de valor energética, desde fabricantes de bienes y equipos a la ingeniería y servicios, a la vez que un destacado ecosistema de innovación y digitalización, sin duda palancas esenciales en todo este proceso.

¿Qué papel jugará la innovación en la transición energética?

La transición energética es en realidad una transición tecnológica hacia un empleo de tecnologías de generación, distribución y uso de la energía que eviten la emisión de gases de efecto invernadero. Hoy en día, el 25% de las emisiones se pueden evitar con tecnologías maduras y un 40% con tecnologías que están aún en proceso de adopción temprana y deben demostrar su viabilidad, pero para evitar el 35% restante necesitaremos tecnologías que no están disponibles. Y por eso es necesario acelerar el desarrollo tecnológico mediante proyectos de investigación, desarrollo e innovación.

¿Qué soluciones técnicas estáis desarrollando para facilitar la transición? ¿Qué nuevas tendencias tecnologías tienen más presencia?

Los esfuerzos de EDP en innovación se centran en seis áreas: generación de electricidad con fuentes renovables, redes del futuro, recursos energéticos distribuidos, flexibilidad y almacenamiento energético, hidrógeno renovable, movilidad del futuro y descarbonización del consumo energético. Todos esos dominios tecnológicos se complementan porque unos abordan el lado de la oferta energética (generación renovable y recursos energéticos distribuidos), otros el lado de la demanda (movilidad eléctrica, descarbonización) y otros el encaje entre oferta y demanda (encaje en el espacio mediante redes y en el tiempo mediante tecnologías de flexibilidad, almacenamiento e hidrógeno verde). 

De todas estas tecnologías, las que están teniendo una presencia más destacada son la generación eólica offshore, el almacenamiento de energía de larga duración, la electrificación del consumo industrial y la captura de CO2.

Uno de los vectores de presente y futuro es el hidrógeno verde, ¿cómo se está trabajando desde EDP en este ámbito?

El consenso internacional define que la transición energética debe ser eléctrica y debe ser renovable. Hablamos entonces de una necesaria electrificación de la economía, pero existen procesos industriales que, por aspectos técnicos o económicos, no permiten su electrificación. Es ahí donde entra el hidrógeno renovable, como uno de los vectores energéticos que permitirán descarbonizar estos procesos, desplazando al gas natural y otros combustibles fósiles. Por otro lado, el hidrógeno verde es también una forma de almacenar energía eléctrica de origen renovable durante largos periodos de tiempo lo que ayuda a la casación temporal de oferta y demanda.

Un proyecto a destacar es Energy Starter, ¿por qué es tan importante colaborar e impulsar pequeñas empresas? ¿Qué os aporta?

EDP colabora con todos los agentes tecnológicos, universidades, centros de investigación y ‘startups’. Las startups nos aportan la visión disruptiva de emprendedores que exploran nuevos modelos de negocio y que intentan llevar al mercado nuevas tecnologías en el ámbito energético. Este tipo de pequeñas empresas asumen grandes riesgos y tienen mayor agilidad que las grandes corporaciones, por lo que pueden probar sus tecnologías y modelos de negocio de manera más rápida que las grandes empresas.

Para descubrir a esos emprendedores, EDP dispone de un programa llamado Energy Starter, que está estructurado en tres módulos temáticos (redes del futuro, renovables e hidrógeno renovable y descarbonización del consumo). Con este programa conocemos nuevas startups, seleccionamos aquellas que encajan con nuestra estrategia, probamos sus soluciones en proyectos piloto y aquellas con potencial de crecimiento pueden recibir el apoyo de la compañía mediante nuestros instrumentos de venture capital, como por ejemplo EDP Ventures España. Desde su creación en 2016, 4.000 startups se presentaron al programa, 160 fueron seleccionadas, se ejecutaron 52 proyectos piloto y se formalizaron 17 inversiones de EDP Ventures.

Otro ámbito en el que EDP tiene puesto el foco tiene que ver con la innovación social, ¿qué papel tendrán las personas en esta transición energética?

Nuestro esfuerzo desde EDP se apalanca en la innovación social para crear comunidades que permitan llevar a cabo una transición justa hacia un modelo sostenible, eficiente e inclusivo, que tenga en cuenta compromisos claros con el empleo, con la cadena de valor y con el territorio. Por eso, invertimos en iniciativas para combatir la pobreza energética, para promover el acceso a la energía y la eficiencia energética y para aplicar soluciones para el acceso a la energía solar o la movilidad eléctrica.

También se está hablando del almacenamiento de energía, ¿por qué es tan importante para facilitar esta transición? 

Nos vamos a un escenario en el que toda la energía eléctrica será producida con fuentes renovables que son intermitentes y no gestionables, en el sentido de que produciremos electricidad cuando haya sol y cuando haya viento, no cuando queramos. Pero en el mercado eléctrico deben cuadrar en todo momento oferta y demanda. La demanda requiere de una garantía de suministro continuo y asegurado, y es aquí donde el almacenamiento de energía entra en concurso: almacenar energía permitiría casar la oferta de generación con la demanda de consumo, aunque tengan lugar en momentos distintos. Por ejemplo, de esta manera la electricidad producida por el día con paneles fotovoltaicos podrá ser consumida durante la noche.

Con el almacenamiento también se aprovecharía mejor la capacidad instalada de energía renovable, lo que redunda en una mayor independencia energética y una mayor competitividad, con precios más bajos. 

Pero ni todas las tecnologías de almacenamiento energético están igualmente maduras ni todas las necesidades de almacenamiento se pueden satisfacer con una única tecnología. A día de hoy, el bombeo hidráulico es la opción más madura pero requiere de grandes inversiones, largos plazos de autorización administrativa y supone una solución centralizada que requiere condiciones orográficas muy concretas. Otra tecnología muy madura es la de las baterías de iones de Litio, pero no es capaz de suministrar energía por encima de las seis horas. Y luego hay todo un conjunto de tecnologías como las baterías de flujo, el empleo de sales fundidas o de aire comprimido, con diferentes funcionalidades pero que aún deben avanzar en su grado de madurez tecnológica e industrial para ser competitivas. EDP participa de manera muy activa en Batteryplat, la Plataforma Tecnológica Española de Almacenamiento de Energía, que está actualmente elaborando un estudio sobre la taxonomía y madurez de estas tecnologías.

Para terminar, ¿cuáles son los próximos y principales retos de EDP en España?

El gran reto global de EDP es alcanzar un escenario NetZero en 2040, objetivo que se alcanzará con la ejecución de un ambicioso plan de inversión que actualmente supone 25.000 millones de euros en 2026. En este contexto, España es un mercado prioritario, con actividades de Generación, Distribución y Comercialización prácticamente por todo el territorio.

En Generación el objetivo es completar la transformación de nuestras centrales en verdaderos hubs energéticos, a través de la apuesta firme por las renovables, el hidrógeno y el almacenamiento; en Distribución, continuar con la digitalización de las redes para apoyar este despliegue, ganando eficiencia y minimizando potenciales fallos; y en Comercial, apostar por la electrificación y descarbonización de nuestros clientes, con productos y servicios de eficiencia energética, autoconsumo solar y movilidad sostenible; 

Y todo esto atrayendo y reteniendo talento para seguir creciendo; creando valor en las comunidades y municipios en los que estamos presentes, de forma sostenible y equitativa; apostando por la innovación; y siendo valorados por el mercado y nuestros grupos de interés como líderes en sostenibilidad, destacando en los diferentes índices y  ratings ESG en los que participamos.