En defensa de la industria autóctona en el nuevo entorno económico

Es muy posible que la situación actual modifique formas de actuación y demandas que creíamos bien asentadas entre nosotros; tendremos que hacer más cosas con menos medios y en periodos más cortos

Los ingenieros de minas queremos lanzar a la opinión pública un mensaje de apoyo a la industria autóctona, en el entorno de la crisis económica que, lamentablemente, será consecuencia de las medidas de confinamiento y parálisis de actividad que han sido necesarias para controlar la pandemia vírica.

El futuro de nuestra actividad industrial ya no será la continuación de épocas pasadas y tendremos que hacer cambios importantes. Pero, seremos capaces de evolucionar y adaptarnos a la nueva situación, encontrando nuevas oportunidades.

Entre las alternativas que, en nuestra opinión, sería necesario profundizar, hemos seleccionado las siguientes:

1. Aprovechar y potenciar el uso de los recursos naturales. Las nuevas tecnologías mueven la demanda internacional de materias primas y de aquellos materiales necesarios para la descarbonización. Es necesario realizar la exploración e investigación geológica plena de nuestros recursos y atender, donde sea viable, a su explotación con la más avanzada metodología minera dentro de los más altos estándares ambientales. Los recursos minerales tienen un alto potencial de creación de empleo y de riqueza en el territorio que no se puede menospreciar.

2. Las antiguas explotaciones mineras, particularmente las que sirvieron para la extracción de carbón y de otras materias primas minerales, y que se encuentran en fase de cierre o ya definitivamente cerradas, pueden ser la base de proyectos alternativos. Disponemos de ejemplos que han convertido estos activos en fuente de riqueza, como aprovechamientos geotérmicos, lagos mineros, museos y áreas paisajísticas o de recreo. La recuperación de espacios mineros y el desmantelamiento de naves industriales o centrales térmicas supondrán un campo de trabajo importante que debe ser puesto en valor.

3. El desarrollo de la investigación está potenciando los usos de materias primas que antes tenían escasa aplicación y que ahora adquieren gran valor e interés. Acumulaciones importantes de estos elementos se encuentran en escombreras que ofrecen una posibilidad de segunda vida para su aprovechamiento. Pero también aflora la necesidad de nuevos materiales para la industria de componentes y equipos. Junto al grafeno, que está siendo estudiado ya por el CSIC con prometedores resultados, aparecen oportunidades para nuevos materiales metálicos férreos (aceros y aleaciones especiales), metálicos no férreos (aleaciones de cobre o aluminio) y otros materiales (hormigones, cerámicos, etc.).

4. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC 20-30) ha puesto el énfasis en la reducción de las emisiones de CO2, con el fomento a la producción de energía renovable. Tecnologías como la eólica off-shore en plataformas flotantes, el hidrógeno verde en toda su cadena de valor, el empleo de baterías y acumuladores, los parques termosolares de nueva generación, las instalaciones híbridas, la descentralización de la producción hacia el consumidor, el ahorro energético en los procesos, etc., abren un camino prometedor para los técnicos en estos campos.

5. El Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC 21-30), pone el foco en las actuaciones necesarias para hacer frente a los efectos del cambio climático que se están produciendo y aumentarán en el futuro. Es necesario incorporar en la planificación de la actividad industrial los escenarios climáticos, nuevos niveles de inundación, calidad de los terrenos para cimentaciones, ubicación de renovables en función de viento y sol previstos, riesgos, etc. El éxito de las inversiones a largo plazo, como las que se realizan en nuestras industrias, dependerá de la consideración de los nuevos criterios necesarios para protegerlas de los previsibles efectos climáticos a 20-50 años.

6. El aumento del calentamiento terrestre incrementa el riesgo de desertificación, y obliga a potenciar los trabajos relacionados con los recursos hídricos y su mejor aprovechamiento. La producción de energía eléctrica de pequeña potencia, los cambios en los usos del agua, la reducción de su necesidad en procesos industriales y los nuevos abastecimientos de agua potable van a ser claves para la industria y la sociedad.

7. Los fondos que se habilitarán en el Plan de Transición Justa o en el nuevo Pacto Verde europeo, junto con otras medidas de apoyo para activar el desarrollo de las comarcas más desfavorecidas, han de servir para mantener nuestra tradición industrial apostando por formas más productivas en empleo, valor añadido y respeto ambiental que nos posicionen en el nuevo entorno.

8. En un mundo interconectado, el teletrabajo y las diferentes técnicas de comunicación, información y tratamiento de datos se han probado como tremendamente efectivas para la actividad industrial. Se abre una ventana con nuevas oportunidades de trabajo en todos los sectores, que necesitarán nuevos profesionales con cualificación técnica a todos los niveles y que podemos aportar desde las empresas y desde los centros de formación de reconocido prestigio.

9. Las nuevas formas de movilidad que se verán influidas por los nuevos materiales, las nuevas energías y nuevos modelos de negocio, abrirán oportunidades en la logística de los desplazamientos que debemos aprovechar.

10. Los procedimientos administrativos, las tramitaciones burocráticas de todo tipo deben agilizarse al máximo, reduciendo su complejidad y haciendo realidad el propósito tantas veces manifestado de lograr la ventanilla única.

Es muy posible que la situación actual modifique formas de actuación y demandas que creíamos bien asentadas entre nosotros; tendremos que hacer más cosas con menos medios y en periodos más cortos, integrando los principios de economía circular y respeto por el medio ambiente, en la empresa y en la sociedad, sin perder de vista la importancia de la creación de empleo y de la generación de riqueza.

Reiteramos, pues, nuestro firme compromiso de apoyo a la industria autóctona como motor tractor de la económica y la generación de empleo. Y por eso, además, nos sumamos al manifiesto por una recuperación económica sostenible.

La Historia muestra que hemos pasado por otras crisis y que las hemos superado. Si tomamos las decisiones adecuadas iremos hacia un futuro mejor.

Autor: Juan José Fernández Díaz, decano y presidente del Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Noroeste de España