Que la innovación marca el rumbo del desarrollo económico y social no es ningún misterio, y en concreto, el ecosistema biotecnológico de Asturias avanza gracias a Bioasturias, la Asociación de Empresas Biotecnológicas y Biosanitarias del Principado. Una red que conecta talento, conocimiento y visión de futuro, y que actúa como herramienta que busca el crecimiento del sector en la región. No se trata solo de promover la digitalización, la investigación o la transferencia de tecnología, sino de construir comunidad, crear alianzas estratégicas y posicionar a Asturias como un nodo innovador.
“La aplicación de tecnologías como la IA o la biología sintética generará grandes avances en el diseño de nuevos fármacos, terapias personalizadas o herramientas de diagnóstico en la próxima década”, apunta Pablo Fanjul, presidente de la asociación.
Tecnología robótica para la neurorrehabilitación
Loutkar Robotics diseña y desarrolla sistemas robóticos exomusculares innovadores, ligeros y accesibles, con el propósito de mejorar la movilidad y autonomía de personas con discapacidad en miembros inferiores. Gracias a su I+D y patentes, ofrece una alternativa avanzada a las soluciones tradicionales de rehabilitación y asistencia a la marcha.
“Desde Asturias, democratizamos la tecnología aplicada a dispositivo médico para transformar la neurorrehabilitación, con soluciones robóticas accesibles y centradas en el paciente”, asegura Francisco Javier Pérez-Alonso, CTO y cofundador de Loutkar. Para ello, la compañía colabora con instituciones del ecosistema biotecnológico regional, como la Universidad de Oviedo, el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), clínicas especializadas y asociaciones de pacientes.
Uno de sus desarrollos es un sistema exomuscular activo y modular que asiste la marcha humana con mayor eficacia que los exoesqueletos convencionales. Este sistema se compone de tres dispositivos independientes -para tobillo, rodilla y cadera- que ofrecen asistencia motorizada y se adaptan a las necesidades de cada paciente. Además, integran sensores que recogen datos de uso para un seguimiento preciso.
Combinan principios biomecánicos y desarrollos mecatrónicos, con componentes electrónicos y mecánicos que identifican y asisten el movimiento de forma inteligente. El dispositivo se encuentra en fase de pruebas clínicas: “Para la articulación del tobillo en pacientes con ictus y esclerosis múltiple que presentan la patología conocida como ‘pie caído’, los resultados preliminares son prometedores”, explica Pérez-Alonso.
Entre sus retos está la validación clínica, la integración hombre-máquina, el cumplimiento normativo y la necesidad de financiación suficiente.
Terapias basadas en microbiota
Microviable desarrolla medicamentos biológicos para abordar necesidades médicas no cubiertas, especialmente en el ámbito de la oncología y las enfermedades infecciosas causadas por bacterias resistentes a los antibióticos.
Tal y como contextualiza Claudio Hidalgo, CEO de esta entidad, “la esperanza de vida ha crecido durante los siglos XIX y XX gracias a los avances en la medicina, higiene, saneamiento y nutrición. Sin embargo, esto ha conllevado una nueva ola de problemas como la aparición de un mayor número de casos de cáncer y la aparición de resistencias a antibióticos”. Su objetivo es mejorar tanto esa esperanza como la calidad de vida de los pacientes mediante terapias innovadoras.
Fundada en 2016 como spin-off del IPLA-CSIC, ha logrado posicionarse como referente del ecosistema biotecnológico asturiano, dando visibilidad al talento científico regional y atrayendo profesionales formados en el extranjero. Ha captado cerca de 6 millones de euros en financiación y ha recibido reconocimientos como el Sello de Excelencia Europeo.
Están poniendo el foco en dos medicamentos. Una alternativa a los antibióticos, con potencial para tratar infecciones urinarias recurrentes en mujeres y otras patologías asociadas a bacterias multirresistentes como Klebsiella o Enterococcus. Y otro diseñado para aumentar la eficacia de la inmunoterapia en cáncer, actuando como adyuvante en tumores sólidos como el de pulmón, melanoma, mama o colon, a partir de la modulación de la microbiota intestinal: “Aunque la inmunoterapia ha sido un campo de gran avance en la lucha contra el cáncer, sólo funciona en un 20-30% de los pacientes. Ya hay datos que evidencian que la microbiota puede influir en esta eficacia”, apunta.
Así, integran herramientas bioinformáticas, microbiología, biología molecular e inmunología para el desarrollo de estos fármacos derivados de la microbiota. Esta combinación permite seleccionar mejor los candidatos terapéuticos y entender cómo los microorganismos intestinales influyen en la salud.
Entre sus retos están la financiación y el cumplimiento de un marco regulatorio complejo. Otro es “la propia ciencia y la competencia. Aunque dentro del equipo solemos decir que ‘la ciencia es lo fácil’ porque es lo que sabemos hacer, hay que tener presente que los resultados que vemos en el laboratorio se deben replicar en los pacientes, y en ese salto es donde se verá si el producto funciona”.
Análisis miniaturizado y portátil
MicruX Technologies es una empresa de base tecnológica especializada en el desarrollo y fabricación de sistemas miniaturizados de análisis portátiles y automatizados. Fundada en 2008 como spin-off de la Universidad de Oviedo, basa su tecnología en el concepto Lab-on-a-Chip (LOC), integrando todas las etapas del análisis químico y biológico en un único dispositivo a escala micro, mediante microfluídica y sensores electroquímicos.
Su misión es acercar tecnologías de análisis avanzadas a través de soluciones compactas, sostenibles y accesibles, “promoviendo un modelo de análisis descentralizado en sectores como el biosanitario, medioambiental y agroalimentario y extendiendo el uso de dispositivos microfluídicos y electroquímicos en diferentes áreas de investigación y en la industria”, indica Diego Pozo, CEO y cofundador.
Contribuyen al ecosistema biotecnológico colaborando con universidades, centros de investigación y empresas tecnológicas a nivel global, y ya cuenta con más de 1.000 clientes en más de 50 países. Entre sus proyectos destacan FishEUTrust y CoCo. En el primero, MicruX participa en el desarrollo de sensores electroquímicos y sistemas portátiles para garantizar la seguridad y trazabilidad de los productos del mar, incluyendo la detección de patógenos, biotoxinas y antibióticos. En el segundo, colabora con entidades internacionales para desarrollar materiales funcionales mediante una tecnología disruptiva de extrusión de cobre y vidrio, destinada a sensores de alta precisión.
Combinan tecnologías como microfabricación, serigrafía de precisión, nanomateriales 2D y 3D, sensores personalizados y sistemas electrónicos miniaturizados, posicionándose a la vanguardia en análisis electroquímico miniaturizado.
“El enfoque de MicruX permite generar nuevo conocimiento científico en áreas como la electroquímica aplicada, la nanotecnología y la microfluídica, fortaleciendo el posicionamiento de Asturias dentro del ecosistema europeo de innovación”, añade.
Sus principales retos incluyen la validación en entornos reales, la integración de nuevas tecnologías en procesos industriales, y la formación de talento especializado en campos como la microfluídica o la nanotecnología.
Microalgas para impulsar la bioeconomía azul
Neoalgae se dedica al desarrollo y fabricación de ingredientes naturales a base de microalgas, destinados a industrias de alto valor añadido como la cosmética, la nutrición humana y animal, la agricultura y el sector nutracéutico. Su propuesta se basa en la innovación sostenible y el aprovechamiento de principios activos naturales para contribuir a una producción más saludable y respetuosa con el medioambiente.
El propósito es ofrecer alternativas naturales a partir de microalgas, posicionándose como referente en el uso de especies de bajo nivel trófico en procesos industriales. Desde su fundación, ha desempeñado un papel activo en el ecosistema biotecnológico asturiano, siendo una de las empresas impulsoras de Bioasturias y colaborando con otras entidades en proyectos de I+D, como CAPSA, Idesa, Nanovex o Asincar.
Uno de sus proyectos es IMPRESS, iniciativa europea financiada por el programa Horizon Europe que busca impulsar la bioeconomía azul en Europa; promueve la creación de nuevos productos alimentarios sostenibles utilizando microalgas y especies marinas y de agua dulce de bajo nivel trófico. Con ello, “se pretende reducir la presión sobre los recursos pesqueros tradicionales y avanzar hacia modelos de economía circular en los sectores marino y acuícola, abordando así desafíos como la sobrepesca y el uso ineficiente de recursos”, cuenta María Álvarez, Operations Manager de Neoalgae.
La empresa contribuye al proyecto desarrollando tecnologías de cultivo y extracción más ecológicas que las utilizadas por la industria convencional. Estas innovaciones permiten aprovechar mejor los recursos disponibles, reducir residuos y generar ingredientes con propiedades beneficiosas para la salud y el medioambiente.
El impacto se traduce en la creación de alimentos innovadores, en la valorización de subproductos de la pesca y la acuicultura, y en el fomento de un consumo más sostenible. Entre los principales retos se encuentran la promoción de especies infrautilizadas y la transformación de residuos en productos de valor añadido.
Con un consorcio formado por 14 entidades de 7 países, IMPRESS aspira a generar un cambio estructural en la forma en que se aprovechan los recursos marinos, contribuyendo a la sostenibilidad de los ecosistemas costeros y al posicionamiento de Asturias como actor clave en la bioeconomía azul europea.
IA para un uso racional de antibióticos
Pragmatech AI Solutions es una startup fundada en 2021 con la misión de mejorar el tratamiento de las infecciones desde la medicina personalizada mediante el uso de IA. Su enfoque combina conocimiento clínico experto y tecnología avanzada para dar respuesta a la resistencia a los antibióticos.
Ha centrado sus esfuerzos en el desarrollo de iAST®, un software sanitario pionero de clase IIa diseñado para asistir en la prescripción empírica de antibióticos. Esta herramienta, certificada con el marcado CE por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, es el primer producto de su categoría aprobado en España. En evaluaciones clínicas ha demostrado reducir los errores en la elección de tratamiento del 31% al 8%, además de favorecer el uso de antibióticos con menor riesgo de generar resistencias bacterianas.
La tecnología de Pragmatech se basa en un enfoque híbrido que integra IA con guías clínicas internacionales y experiencia médica especializada. La plataforma web, apoyada en una arquitectura de microservicios interoperables, permite una integración ágil en hospitales y centros de atención primaria. “Nuestro objetivo es ofrecer una herramienta que, además de basarse en evidencia clínica y datos reales, integre la experiencia médica en la toma de decisiones para cada paciente”, afirman Pablo Valledor y Javier Fernández, cofundadores y co-CEOs de Pragmatech.
El impacto puede mejorar los desenlaces clínicos, reducir costes y convertirse en aliado en la lucha contra la resistencia antimicrobiana. Además, sirve como apoyo para la obtención de la certificación certificaPROA, dentro del Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos (PRAN).
Su reto es la consolidación del mercado: “iAST® no solo es una innovación tecnológica, también supone un cambio cultural en la forma en que se prescriben antibióticos; por eso, nuestro mayor desafío es demostrar en la práctica clínica su valor y facilitar su integración en los flujos de trabajo existentes”, explican.
Genética ambiental para la conservación
TAXUS Medio Ambiente es una consultora ambiental con más de 20 años de trayectoria, especializada en integrar la sostenibilidad en proyectos empresariales e institucionales. Trabajan en áreas como la ingeniería y educación ambiental, la consultoría estratégica en sostenibilidad y la genética ambiental, donde cuenta con un laboratorio acreditado por ENAC.
Su misión es ofrecer soluciones innovadoras, rigurosas y personalizadas en gestión ambiental, contribuyendo al desarrollo sostenible y al fortalecimiento del ecosistema biotecnológico asturiano. Su participación en redes internacionales de investigación y en proyectos financiados por programas como Horizon Europe o CDTI ha posicionado a Asturias como referente en genética ambiental aplicada a la conservación de la biodiversidad.
Entre sus iniciativas se encuentra MacroSek, centrada en la construcción de una base genética de referencia para macroinvertebrados acuáticos de la Península. Esta permitirá mejorar el uso del metabarcoding, técnica molecular que, mediante el análisis de ADN, permite identificar especies de forma simultánea a partir de una muestra. Supone un avance frente a métodos tradicionales, aportando mayor precisión, escalabilidad y capacidad de detección de especies amenazadas o invasoras.
Emplea tecnologías como la secuenciación masiva (HTS) en plataformas Illumina y técnicas complementarias como la secuenciación Sanger, para crear un sistema fiable, operativo en condiciones reales y alineado con estándares europeos en biomonitorización.
“Nos encontramos en el inicio de un periodo de transición de las técnicas morfológicas a las moleculares donde se comienzan a plantear cambios legislativos y la generación de estándares europeos”, explica Laura Cordero, Consultora y Responsable de I+D y Álvaro Fueyo, consultor ambiental y responsable del área de Laboratorio y Genética Ambiental.
Entre los retos destacan la falta de inventarios taxonómicos completos, la dificultad en el muestreo de ciertos hábitats, los sesgos de amplificación genética o la ausencia de primers universales: “Hay hábitats difíciles de muestrear y, además, el muestreo suele estar sesgado hacia especies más grandes o visibles, dejando fuera a una parte de la biodiversidad”, señalan. Para superarlos, están desarrollando protocolos avanzados de extracción y limpieza de ADN, y colaboraciones internacionales.