"Asturias debe plantearse ampliar mercados, encontrar clientes y oportunidades fuera y meter eso de forma natural en el ADN de las empresas"

El founder & CEO en Galeo Tech, Marco Laucelli, comparte su perspectiva con respecto a la transición de una región de tradición industrial hacia otra más digitalizada. Habla también del emprendimiento y el talento que hay en la comunidad.

Marco Laucelli, founder & CEO en Galeo Tech.
photo_camera Marco Laucelli, founder & CEO en Galeo Tech.

Charlamos con Marco Laucelli, founder & CEO en Galeo Tech y profesor en IE Business School; y lo hacemos en el contexto de la jornada 'Avilés, territorio innovador' en la que intervendrá mediante la ponencia 'Del chip al cloud. Oportunidades y retos de la digitalización de las cosas'. El evento, al cual quien lo desee puede inscribirse en este enlace, tendrá lugar este miércoles día 20 de diciembre en el Espacio Maqua de Avilés desde las 10 horas.

¿Cuál es la actividad principal que desarrolláis en Galeo Tech?

En Galeo hacemos ingeniería digital; es decir, construir para los clientes los entornos, plataformas o infraestructuras que necesitan para poder abordar proyectos de digitalización. Fundamentalmente en torno a los datos: la captura de los mismos, su gestión y explotación para distintos procesos que puedan tener internos en las empresas, y que estos datos les permitan mejorar su eficiencia, tener más capacidad de previsión o identificar oportunidades de negocio, entre otras cosas.

Llevamos a cabo, en verdad, toda la cadena. Habilitamos esas infraestructuras y entornos con las correspondientes tecnologías que permiten capturar los datos. Esto significa sensores, conexiones con equipamientos, con maquinaria, con vehículos... Para extraer los datos y almacenarlos en la nube, gestionarlos y, a partir de ahí, explotarlos.

Nos dirigimos a entornos industriales, de equipamiento, a gestión de infraestructuras como por ejemplo autopistas, edificios o plantas y procesos de fabricación enteros.

Como actividad colateral, también eres profesor de emprendimiento en el IE Business School. Desde este prisma, ¿qué crees que tendrían que hacer los asturianos para emprender en el mundo tecnológico?

Hay muchas formas de emprender. Normalmente se vincula el emprendimiento a crear una nueva empresa, pero esa es solo una de tantas. Incluso sin tener que cambiar, dentro de la propia empresa, se pueden emprender iniciativas de transformación.

El tema del emprendimiento en cuanto a creación de empresas y lanzarse a ser empresario creo que hay que hacerlo con cuidado. Me parece que se ha banalizado este tipo de cosas como si fuera fácil, como si todo el mundo pudiera hacerlo y fuera accesible. No todo el mundo tiene que emprender así. Hay otros contextos donde ser emprendedor puede ser mucho más útil y cercano.

Lo que falta en Asturias para que haya más dinámica es entender que el mercado no es solo la región, sino el mundo. Hay una visión demasiado de proximidad y se pierde la perspectiva de que el mundo es accesible. Podrá ser más o menos difícil, pero hay muchos sitios donde buscar clientes, colaboraciones o empresas con las que hacer proyectos.

Se debe pensar que el terreno de juego es más grande que Asturias, porque uno de los problemas que tiene por su naturaleza es que el mercado es inevitablemente pequeño puesto que se trata de una región pequeña; y si lo miramos todo dentro del borde de lo que es Asturias nunca vamos a tener un mercado enorme. Veo cortedad de miras, no piensan que existen oportunidades al otro lado de la frontera.

A veces se oyen argumentos de mercado muy localista que no tiene mucho sentido porque los demás sí que están viendo a Asturias como parte del mercado global; desde fuera se ve así, por tanto desde dentro tendríamos que hacer lo propio.

Además, creo que a algunas empresas de más referencia les falta receptividad ante ideas nuevas, atreverse a buscar oportunidades. Tienen aversión al riesgo, son más conservadoras y deben cambiar el chip. Ya se sabe que se puede fracasar, pero siempre se puede hacer otro intento hasta encontrar el camino apropiado.

¿Cuál es el nexo que une a la Asturias más industrial con la digitalización?

Es una tendencia de mercado indiscutible. Lo que les hace unirse es ver lo que está sucediendo en otros sitios. Hay poca duda de que la digitalización es un componente central de la industria del futuro o más bien de dentro de cinco años. Un ejemplo es el de la ingeniería de la automoción, que toda está basada en la creación de software, de elementos digitales de los vehículos, o en los propios procesos de fabricación, que se está rediseñando pensando en la automatización digitalizada, etc. Así que es una realidad. Hay muchos ejemplos en el mercado que demuestran que esto va a ocurrir sí o sí porque permite a las empresas ser más eficientes, ágiles, evitar errores humanos, generar productos personalizados, flexibilizar las cadenas de producción para atender a diferentes mercados... La digitalización está transformando la industria seriamente para eliminar todo aquello que era rígido en la que hubo durante el siglo XX.

Las empresas tienen que pensar en cómo van a abrazar ellas esta convergencia entre los procesos industriales y las capacidades digitales y cómo se tienen que equipar desde el punto de vista tecnológico pero también desde el punto de vista de los conocimientos que tienen que tener, las capacidades y la gestión del cambio que deben asumir a la hora de explotarlo.

Pero... No todas están preparadas, ¿verdad?

Esto va muy rápido y una de las dificultades que están teniendo todas las empresas es la de capacitarse adecuadamente y gestionar el cambio para integrarlas dentro de sus propios procesos. Ha ocurrido de forma demasiado veloz como para que puedan decir estar preparadas. Es un reto. Por ejemplo, hay tecnologías que pasan de ser marginales dentro de la industria a ser las que gestionan la parte gruesa del negocio. Además, surgen cambios organizativos de procesos, de culturas... Y esa es la parte más complicada.

¿Qué factores positivos o, más bien, oportunidades ofrece la región en cuanto a innovación?

La tradición industrial es un factor positivo si se alinea con los objetivos que hay que perseguir. En cambio, puede ser un lastre si lo vemos desde una perspectiva muy conservadora o muy de tratar de protegerse aquello que fue. Pero si lo pensamos desde el punto de vista del conocimiento que hay, a mí me parece una oportunidad. Todo ese conocimiento del pasado industrial y el presente hay que ponerlo a recircular con la industria del futuro.

Además, la formación de los futuros profesionales que salen de la Universidad o de los centro de formación de Asturias también son un activo importante y valioso de la región.

¿Hay talento en Asturias?

Talento hay de partida, pero nunca es suficiente, y pensar que sí es una mala actitud. No solo hay que tener talento como tal, sino también la capacidad de actualizarlo. Otra cosa es pensar que uno no tiene talento suficiente, eso es distinto. Pero siempre debe ser bienvenido el hecho de poder tener más.

¿Es difícil atraerlo o retenerlo?

Cuesta atraerlo más que retenerlo. De hecho, parte de los problemas de retención de talento, que yo creo que fueron más graves de lo que son ahora, tienen que ver, de nuevo, con no pensar que Asturias pertenece a un mercado grande y global. A un ingeniero que sale de la escuela no se le pueden ofrecer proyectos que le permitan su desarrollo si pensamos en local y pequeñito. Sin embargo, si se empiezan a tener clientes fuera, proyectos con visión global, hay oportunidades para la gente capacitada de desarrollarse profesionalmente.

Otra de las consecuencias de pensar en pequeño es el problema de los salarios bajos. Si uno piensa que desde Asturias va a poder vender soluciones y servicios a, por ejemplo, Alemania, tiene la oportunidad de mayor compensación y salarios más atractivos. Siempre se habla de la buena calidad de vida que hay en la comunidad, lo cual es indiscutible, pero el trabajo es un elemento importante de la vida de las personas, con lo cual la calidad de vida está bien si también cubre esa necesidad.

Hay noticias muy positivas, como la llegada del AVE que tendrá que tener su impacto y se notará; también con los modelos de trabajo que permiten que se pueda trabajar desde cualquier sitio y atender a clientes de cualquier parte del mundo. Esto hay que aprovecharlo para que la gente tenga, de nuevo, la capacidad de desarrollarse.

El riesgo mayor de un ingeniero es que no aprenda cosas durante su carrera profesional y acabe atado a un trabajo que le limite porque no se está reciclando, actualizando, y pierde valor como empleado en el mercado.

¿Qué objetivos debe plantearse el tejido empresarial de la comunidad para desarrollarse?

Pues, sobre todo, ampliar mercados, encontrar clientes y oportunidades fuera y meter eso de forma natural dentro del ADN de las empresas.

Y también, por supuesto, apostar por los servicios de valor. Poner en alza los conocimientos, actualizarlos y dar soluciones pero no por ser una región barata donde contratar talento barato.