Los retos que se plantean en 2023 para la automatización en la soldadura

Soldadura

No hay obra, industria que se precie o transporte que no demande, en un momento dado, de una soldadura.

Los profesionales capaces de llevar a cabo esos puntos de unión están muy bien valorados no solo en los procesos de construcción sino también en los ensamblajes que se necesitan llevar a cabo en talleres y pequeños establecimientos. Sin embargo, la tendencia pasa, como en prácticamente en todos los sectores, por la automatización.

“No hace falta trabajar en una fábrica para necesitar soldar. De hecho, para eso estamos empresas como la nuestra. Gracias a la automatización de este proceso y a opciones como la soldadura láser se puede mejorar la rentabilidad, mejorando los procesos y acabados y siendo más competitivos” explican desde Canary Welding.

Soldaduras de acero al carbono, inoxidable y aluminio estructural y marino, estructuras metálicas, montajes industriales, refuerzos, obra civil…no hay nada que se les resista y todo gracias a conocer a fondo un oficio que está en constante evolución y al que, hoy en día, es necesario aplicar e incorporar cada novedad técnica para ser más eficiente.

¿Cuáles son las ventajas de este tipo de servicios?

En primer lugar, piezas y acabados mucho más profesionales y que encajan a la perfección con la necesidad en cada caso. En segundo lugar, gracias a ciertas partes automatizadas, se consigue más producción en menor tiempo, optimizando las fabricaciones y abaratando sus costes.

Pero, además, es que hay que estar a la vanguardia en cuanto a materiales porque, según se espera, poco a poco se incorporarán algunos como el titanio o la fibra de carbono, siendo en empresas especializadas donde primero se empezará a trabajar con ello.

Gracias al uso de estos nuevos materiales es probable que mejoren los resultados de la soldadura. De hecho, la tendencia pasa por encontrar nuevos usos a la misma gracias a las propiedades únicas de la inclusión de este tipo de materia prima. Tanto los metales ligeros como el aluminio o el titanio, que dotan a las estructuras de ligereza y fuerza, como el uso de la soldadura láser para mejorar el acabado, pueden ser claves para que la revolución sea una realidad