PAZ ORVIZ - GERENTE DE COGERSA

“La nueva economía circular es la gran inspiración en nuestro desempeño diario y lo que orienta nuestra visión de futuro”

"El reto mayúsculo, sin lugar a duda, es la puesta en marcha de la nueva Planta de tratamiento de la fracción resto, que tratará 415.000 toneladas al año de residuos mezclados y rechazos de otras instalaciones".

Paz Orviz, gerente de COGERSA
photo_camera Paz Orviz, gerente de COGERSA

Estamos a punto de cerrar el año, ¿cuáles han sido los principales hitos para COGERSA?

El año 2022 ha sido muy relevante para COGERSA por varios motivos. En primer lugar, el Consorcio ha celebrado el 40 aniversario de su creación, que hemos conmemorado con nuestros entes consorciados -el Gobierno del Principado de Asturias y los 78 concejos- y el conjunto de la sociedad. Orgullosos de la historia de gestión pública eficiente que nos respalda, trabajamos para abordar los enormes retos de futuro, marcados por un marco normativo que ha cogido enorme velocidad con la aprobación, el pasado mes de abril, de la nueva Ley 7/2022, de residuos y suelos contaminados para una economía circular.

Por otra parte, éste ha sido el año en el que hemos avanzado de manera notable en las obras de la nueva Planta de tratamiento de los residuos mezclados (bolsa negra), que habían comenzado en el verano de 2021. La entrada en funcionamiento de esta nueva infraestructura -la de mayor envergadura llevada a cabo por COGERSA hasta la fecha, con 60 millones de inversión- está prevista para el mes de julio del año próximo.

Y, por supuesto, hemos continuado dando servicio a nuestros clientes, modernizando nuestra gestión, y ahondando en nuestro compromiso con la sostenibilidad de Asturias.

Ha mencionado la nueva Ley de residuos para una economía circular, una norma que introduce nuevas obligaciones para la industria. ¿Cuáles destacaría? ¿Generará oportunidades económicas?

La nueva supone la transposición al Derecho interno de la Directiva Marco de Residuos de 2018 y de la Directiva sobre plásticos de un solo uso del año 2019. Su finalidad no puede ser más bienintencionada: sentar los principios de la economía circular a través de la legislación básica en materia de residuos, así como contribuir a la lucha contra el cambio climático y proteger el medio marino.

El grado de ambición es enorme y ello supone, en efecto, un importante impacto en las administraciones, las actividades económicas y el conjunto de la sociedad, con una "cara" que son las oportunidades que se derivan de un nuevo modelo de producción y consumo, y la "cruz" de nuevas obligaciones de carácter técnico y económico.

Entre los nuevos requisitos yo destacaría la responsabilidad ampliada del productor del residuo hasta que éste es tratado de manera ambientalmente correcta y el establecimiento de garantías financieras a este respecto. Por contra, se facilita que un residuo pueda ser declarado subproducto, lo que elimina barreras legales para la simbiosis industrial entre compañías.

Respecto a las entidades gestoras de residuos, realmente venimos de un grado de intervención administrativa intenso, por lo que identifico más oportunidades que requisitos. Por ejemplo, la declaración de lo que se denomina el "fin de condición de residuo", que facilitará la reintroducción en los mercados de materiales secundarios, obtenidos del tratamiento de residuos.

Asimismo, hay que resaltar la nueva fiscalidad que establece la Ley 7/2022, principalmente el impuesto al depósito en vertedero, que entra en vigor el próximo 1 de enero, y encarecerá los precios de gestión de los residuos que no se valorizan.

Más allá de estos impactos, estamos viendo que las nuevas obligaciones, inclusive las que afectan a los residuos domésticos, están generando nuevas ideas de negocio tanto en el ámbito de la ingeniería, como en la fabricación o la prestación de servicios. También la innovación vive un momento de ebullición, por la necesidad de reemplazo tecnológico de las tecnologías clásicas de tratamiento de residuos.

Comentaba que uno de los objetivos principales de COGERSA es fomentar el compromiso social con la sostenibilidad, ¿en qué líneas trabajan para ello?

COGERSA viene desarrollando, prácticamente desde sus inicios, actividades de educación ambiental que han permitido formar a toda una generación de asturianos y asturianas en la cultura de las "tres erres". En particular, desde 2016, hemos registrado más de 2 millones de participaciones en nuestras campañas de sensibilización y formación.

El año pasado nos propusimos dar un paso más y aprobamos un Programa de educación y sensibilización ambiental, que llamamos Senda circular y compromete 7 millones de euros hasta 2025 en una serie de líneas de actuación, dirigidas a todo tipo de públicos: ayuntamientos, centros educativos, empresas, entidades de voluntariado y ciudadanía en general.

Entre los objetivos estratégicos que nos hemos fijado, destacaría el acompañamiento a empresas y sectores productivos en la transición hacia una economía circular, y la generación de alianzas con el conjunto de actores económicos y sociales implicados.

Planta de tratamiento de la fracción resto de COGERSA

Planta de tratamiento de la fracción resto de COGERSA

El pasado mes de octubre se habló mucho de economía circular en Asturias: los trabajos de la Estrategia regional de economía circular que ultima el Principado, el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional a Ellen MacArthur y la Semana de la Circularidad que organizó la Cátedra COGERSA de Economía Circular. ¿Nos puede explicar la motivación y conclusiones de este último evento?

La verdad es que, a nivel personal, es una gran satisfacción ver cómo van calando los mensajes de la economía circular en el tejido económico y la sociedad asturiana. Esto va mucho más allá de reciclar residuos. Se trata de redefinir el sistema productivo, desde el ecodiseño, introduciendo materias primas secundarias y energía renovable procedente de los desechos, dando valor añadido al consumo responsable y también recuperando lo máximo posible de los recursos contenidos en los productos, cuando estos llegan al final de su vida útil.

Cuando COGERSA firmó el Convenio con la Universidad de Oviedo que supuso la creación de la Cátedra de Economía Circular, hace ahora cuatro años, en Asturias se hablaba aún poco de este nuevo paradigma. Incluso en la Universidad de Oviedo, existían pocas líneas de investigación y las existentes estaban circunscritas prácticamente a las tecnologías del medio ambiente. Sin embargo, en la que ha sido segunda Semana de la Circularidad de la Cátedra COGERSA, hemos visto la avidez que existe por la materia, muy especialmente entre los y las estudiantes de la Universidad de Oviedo, que han tenido una implicación fantástica. El Circular weekend que tuvo lugar el último fin de semana de octubre fue buena prueba de ella y generando proyectos realmente innovadores a la par que aplicables y replicables. ¡La Asturias circular tiene futuro, sin lugar a dudas!

El Presidente del Consorcio, Juan Cofiño, ha manifestado recientemente que COGERSA está llamada a ser la locomotora de la economía circular en Asturias. ¿Cómo asumen este objetivo?

Como decía antes, COGERSA aspira a ser mucho más que un gestor que dé una solución eficiente y sostenible a quienes les entregan sus residuos. Nuestro carácter netamente público nos impele a tener una presencia generosa en Asturias. En ese sentido, la nueva economía circular es para nosotros la gran inspiración en nuestro desempeño diario y lo que orienta la visión de futuro del Consorcio.

Considero que en COGERSA tenemos vocación, conocimiento y experiencia, y un complejo de tratamiento de residuos único en España, flexible, y con enormes posibilidades para probar tecnologías y generar colaboraciones, tanto con los centros tecnológicos como con el sector privado. También tenemos residuos de toda índole y los materiales que recuperamos. Asimismo, con el cambio de modelo de gestión a partir del año 2023, que proscribirá el depósito directo en vertedero, se nos plantea una necesidad real -y, añadiría, acuciante- para dar salida a los materiales y energía contenidos en los residuos.

Creo que todos estos ingredientes justifican ese efecto tractor.

El 19 de noviembre arrancaba la Semana Europea de la Prevención de Residuos, ¿cómo se puede aplicar en la práctica la prevención de residuos en el ámbito empresarial?

Como es sabido, la prevención de residuos es el primer escalón de la jerarquía de los residuos: que el residuo no se llegue a generar y, cuando sea inevitable, que se haga minimizando cantidades y peligrosidad.

El segundo paso, es la reutilización: volver a dar una segunda vida para un mismo uso, encajando aquí conceptos como el derecho a la reparación o la servitización.

A continuación, iría el reciclaje, cuyo éxito no solo depende de la voluntad personal -como ciudadanos, empresarios o trabajadores- de separar las distintas fracciones, sino que depende en buena medida de los diseños de los productos y sus materiales. La piedra angular de la economía circular es pensar desde el origen en cómo evitar que, cuando un objeto devenga en residuo, acabe enterrado en un vertedero.

En los tres estadios de la prevención, las empresas tienen mucho que decir: desde la fase de la ingeniería, la fabricación, las decisiones de compras o la gestión ambiental. Y, de manera transversal, la innovación y la sostenibilidad.

Para finalizar, ¿qué retos se marca COGERSA para el 2023?

COGERSA espera poder seguir siendo útil a Asturias en 2023 y en los años venideros, en un contexto especialmente complejo, a nivel normativo, con mercados inestables, y crecientes exigencias en términos de objetivos ambientales.

Queremos avanzar en el entendimiento de nuestros clientes, que tienen perfiles tan diversos como los ayuntamientos (los grandes y los pequeños, los urbanos y los rurales), o empresas de todos los sectores y tamaños.

También seguir innovando en nuestras instalaciones, en la gestión, y desarrollando proyectos de investigación con los principales actores regionales en la materia. Y, por supuesto, llegando a más destinatarios con nuestras acciones de sensibilización ambiental, para lo cual invertiremos en 2023 un millón de euros en la modernización de nuestro Centro de Interpretación de los Residuos.

Tenemos también varias inversiones previstas, por un monto de 14 millones de euros para ampliar y mejorar algunas de nuestras plantas (las de biometanización, compostaje de residuos vegetales y residuos de construcción y demolición) y continuar construyendo Puntos Limpios por toda la geografía asturiana.

En todo caso, el reto mayúsculo, sin lugar a duda, es la puesta en marcha de la nueva Planta de tratamiento de la fracción resto, que tratará 415.000 toneladas al año de residuos mezclados y rechazos de otras instalaciones. Reto técnico y también en cuanto a la eficiencia económica de su explotación, lo que dependerá en buena medida de poder alcanzar el mayor nivel posible de recuperación, que entregaremos a otras empresas para cerrar el círculo.