Zunder añade una pieza más a su estrategia de “ecosistema cerrado”: un planificador de viajes dentro de su app que diseña rutas de media y larga distancia encadenando solo paradas en estaciones propias, y que, con un toque, envía el itinerario a Google Maps para iniciar la navegación con todas las paradas integradas.
La promesa es sencilla -y por eso potente-: quitar incertidumbre al viaje eléctrico y asegurar que, del punto A al punto B, el conductor se mueve siempre en terreno conocido. Para un usuario profesional o para quien cruza el país por la A-8 o la A-66, esa previsibilidad vale más que cualquier eslogan.
No es el primer planificador que ofrece la compañía, pero sí un salto cualitativo en la experiencia: selección de estaciones óptimas en ruta, tantas paradas como se necesiten y, de un vistazo, datos clave de cada ubicación (estado de la estación, conectores, precios y servicios cercanos). La integración con Google Maps resuelve una fricción habitual -“yo planifico en la app del operador, pero navego en la del móvil”- y reduce el baile entre pantallas. La lógica es de producto maduro: menos clicks, más certidumbre.
El movimiento llega en un momento de mercado que empuja. Entre enero y julio de 2025, las matriculaciones de vehículos electrificados en España (eléctricos puros + híbridos enchufables, incluyendo turismos y resto de categorías) crecieron un 87,1% hasta 139.562 unidades, superando ya el total de 2024. Solo en julio se registraron 23.850 unidades y uno de cada cinco turismos matriculados fue electrificado (21,5%). Es decir: más coches que necesitan planificar mejor, y más conductores que buscan fiabilidad de red, no aventuras tecnológicas.
Más puntos a favor que en contra
La apuesta de Zunder por “mantenerse en casa” -paradas exclusivas en su red- tiene sus ventajas y sus riesgos. A favor: control de la experiencia punta a punta (atención 24/7, estándares homogéneos de mantenimiento, opciones de pago consistentes) y velocidad de carga que reduce las paradas a menos de 20 minutos del 20% al 80% de batería Detrás hay un despliegue que gana escala: más de 1.200 puntos de carga y más de 200 estaciones activas, con cobertura declarada de más del 96% de las principales vías y una separación media de 200 km.
En contra, el “lock-in” voluntario: si el usuario decide no salir del ecosistema, renuncia a la capilaridad que aportan otras redes. Zunder intenta compensarlo con acceso por ‘roaming’ a cientos de miles de puntos de terceros, pero el nuevo planificador -por diseño- prioriza lo propio.
El enfoque, en todo caso, es coherente con la evolución del mercado: a medida que la adopción crece, el diferencial ya no está en descubrir enchufes, sino en hilar trayectos con garantías. El silencio tecnológico se vuelve virtud: abrir la app, escoger destino, añadir paradas si hace falta y conducir sin pensar más. Esa es la promesa de cualquier infraestructura crítica cuando madura -piense en la banca online o en el peaje electrónico-: que deje de ser noticia y funcione. En movilidad eléctrica, donde los cuellos de botella todavía existen (picos de demanda, averías, potencia insuficiente en horas punta), tener una “lista corta” de estaciones bajo control propio es una forma de gestionar el riesgo operativo.
Quedan preguntas razonables para el usuario técnico y para el gestor de flotas: ¿cómo pondera la app variables como ocupación histórica por franjas, meteorología o estado de la red en tiempo real? ¿Ofrece alternativas de contingencia fuera del ecosistema si una estación queda indisponible? ¿Permite fijar umbrales de batería conservadores según carga útil o perfil orográfico?
La competencia -desde navegadores nativos de algunos fabricantes hasta apps independientes- ya trabaja con estas capas de dato. Si Zunder quiere convertir su planificador en estándar de facto para viajes largos, tendrá que enseñar esa “letra pequeña” de algoritmos y criterios. Por ahora, el primer paso está dado: rutas propias, un toque a Google Maps y a conducir.
A corto plazo, y si el ritmo de matriculaciones se mantiene, veremos más conductores ‘eléctricos’ planificando escapadas y viajes de trabajo con la app abierta antes de salir del garaje. La clave para fidelizarles no será solo abrir más estaciones, sino asegurar tiempos de espera bajos y transparencia radical en la información de disponibilidad y precio. La historia de cualquier red -eléctrica, digital o de transporte- enseña lo mismo: la confianza se construye cuando el mapa coincide con la carretera.